Miles de personas se manifiestan en Francia contra la reforma laboral de Macron
Miles de manifestantes se han manifestado este sábado en París convocados por el movimiento de izquierda radical Francia Insumisa (LFI), liderado por Jean-Luc Mélenchon, determinado a plantar cara a la reforma laboral del presidente, Emmanuel Macron. Mélenchon ha encabezado el inicio de una manifestación que quiere ser el comienzo de un «ciclón social» que ponga contra las cuerdas al Gobierno.
Miles de manifestantes se han manifestado este sábado en París convocados por el movimiento de izquierda radical Francia Insumisa (LFI), liderado por Jean-Luc Mélenchon, determinado a plantar cara a la reforma laboral del presidente, Emmanuel Macron. Mélenchon ha encabezado el inicio de una manifestación que quiere ser el comienzo de un «ciclón social» que ponga contra las cuerdas al Gobierno.
«La batalla de Francia ha comenzado», ha dicho este semana Mélenchon, que ha tildado de «golpe de Estado social» el proyecto gubernamental. Los organizadores tenían como objetivo reunir a unas 100.000 personas, para consolidar la posición de Mélenchon como opositor número uno a Macron.
El presidente firmó ante las cámaras, el viernes, los cinco decretos que modifican el Código de Trabajo francés, de más de 3.000 páginas. La reforma, que persigue aumentar la flexibilidad del mercado de trabajo en un país con una tasa de paro del 9,6%, fue «llevada a cabo en un tiempo récord», ha celebrado el jefe del Estado, elegido en mayo. Los decretos, que facilitan los despidos, limitando las indemnizaciones, y permiten a las empresas negociar más directamente con sus empleados sus condiciones de trabajo, se redactaron durante el verano tras consultar a los sindicatos y la patronal.
Sus detractores consideran que socava derechos sociales que en su día fueron muy difíciles de conseguir. La CGT, uno de los principales sindicatos franceses, ha organizado dos días de huelga y manifestaciones en Francia el 12 y el 21 de septiembre. Y ahora, Jean-Luc Mélenchon, impulsado por sus resultados en las elecciones presidenciales, en las que quedó en cuarta posición con casi el 20% de los votos, insta a los opositores a la reforma a «apoderarse» de las calles de la capital este sábado.
«Demostración de fuerza»
«Francia es el último país que resiste en base a las conquistas sociales posteriores» a la Segunda Guerra Mundial, ha argumentado el orador de 66 años, que obtuvo siete millones de votos en la primera vuelta de la elección presidencial.
Mélenchon dispone de un espacio político inédito desde la victoria del centrista Macron en las presidenciales, que ha provocado una implosión de los partidos tradicionales. El partido socialista quedó destrozado; la derecha, dividida y la extrema derecha, desestabilizada por la derrota de Marine Le Pen en la segunda vuelta.
«El desafío para Mélenchon es imponerse como el principal opositor a Macron», ha subrayado Frédéric Sawicki, profesor de Ciencias Políticas en la universidad Panthéon-Sorbonne, destacando el impacto simbólico de «la imagen de un líder rodeado de miles de personas» en la plaza de la Bastilla de París, símbolo de la revolución francesa de 1789, de donde ha partido la manifestación.
«Se trata de hacer una demostración de fuerza, casi física», ha declarado Clémentine Autain, diputada de LFI. «No hemos hecho más que comenzar», ha advertido Mélenchon. «Emmanuel Macron humilla a la gente que no está de acuerdo con él», ha declarado por su parte David Giraud, portavoz de las juventudes de LFI, asegurando que la manifestación servirá para «devolverle la dignidad a la gente y que estén orgullosos de asumir sus opiniones políticas».
Ante esto, el Gobierno ha mostrado firmeza. «Creo en la democracia, pero la democracia no es la calle«, sostiene Emmanuel Macron la semana pasada. «Si bien respeto a quienes se manifiestan, también respeto a los electores franceses y ellos votaron por el cambio», ha recalcado.