Rusia veta continuar con la investigación sobre los ataques químicos en Siria
Rusia ha vetado este jueves la continuidad de la investigación realizada por la ONU para identificar a los responsables del uso de armas químicas en Siria. Esta decisión se traduce en el enésimo choque de intereses entre Rusia y Occidente en torno a la guerra en el país árabe, que suma más de seis años.
Rusia ha vetado la continuidad de la investigación realizada por la ONU para identificar a los responsables del uso de armas químicas en Siria. Esta decisión se traduce en el enésimo choque de intereses entre Rusia y Occidente en torno a la guerra en el país árabe, que suma más de seis años.
Moscú ha vetado diez resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas desde que comenzó el conflicto en Siria, que ha provocado la muerte de más de 300.000 personas y ha obligado a millones de residentes a desplazarse.
Estados Unidos, por el contrario, se ha mostrado partidario de prorrogar la investigación internacional sobre el uso de armas químicas en el país árabe. Esta propuesta ha sido secundada por once naciones. A su vez, China y Egipto se han abstenido, mientras que Rusia y Bolivia se han opuesto. En términos generales, todas las partes han insistido en que los expertos puedan continuar trabajando, pero dieron muy pocas indicaciones de poder llegar a un compromiso.
Need all on the UN Security Council to vote to renew the Joint Investigative Mechanism for Syria to ensure that Assad Regime does not commit mass murder with chemical weapons ever again.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 16 de noviembre de 2017
Algunas fuentes diplomáticas han planteado la posibilidad de que se pacte una breve prórroga técnica del mandato de la investigación para tratar de negociar un acuerdo en los próximos días, pero, por el momento, no hay una propuesta concreta sobre la mesa. La continuidad de este programa lleva semanas siendo objeto de discusión en el Consejo de Seguridad, motivo que divide a EEUU con Rusia, partidario de llevar a cabo cambios radicales.
La Ejecutiva de Vladimir Putin alega que los expertos han sido poco profesionales y parciales, proclives a seguir las posturas de Occidente y a guiarse por las versiones de grupos de la oposición siria. El embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, ha insistido en que las conclusiones emitidas por el equipo de investigación son un «sinsentido» y contradicen «las leyes de la física».
«Ustedes necesitan una estructura que sea una marioneta para poder manipularla y acusar al Gobierno sirio«, ha dicho Nebenzia a las potencias occidentales. A modo de respuesta, la embajadora estadounidense, Nikki Haley, ha acusado a Moscú de «destruir la mejor herramienta» para investigar los ataques químicos y de preocuparse, únicamente, de proteger al régimen de Bashar al Assad. «Qué vergüenza que Rusia se haya destapado como un Gobierno cuya lealtad está con el régimen sirio y no la verdad o la protección de civiles inocentes«, ha increpado Haley.
El texto presentado por Rusia, que ha logrado cuatro apoyos, proponía un cambio estructural en el programa de investigación del uso de armamento químico. Sin embargo, no ha obtenido los nueve votos necesarios para sacarlo adelante.
El posicionamiento boliviano hacia los intereses rusos ha suscitado incertidumbre entre los miembros del Consejo de Seguridad, por lo que Haley ha acusado al país sudamericano de «faltar al respeto» a la institución intergubernamental. En cambio, el representante boliviano, Sacha Llorenti, ha rechazado «categóricamente» las acusaciones y ha dicho que su país no va a disculparse «por utilizar el reglamento».
Esta confrontación en torno a Siria se produce mientras se preparan nuevas conversaciones de paz entre Rusia, Turquía e Irán, que pretenden ostentar más protagonismo para tratar de poner fin a la guerra.