Primeras manifestaciones en California contra la visita de Donald Trump
en el estado más poblado de Estados Unidos y bastión demócrata, horas antes de la llegada del mandatario.
Las primeras manifestaciones contra la primera visita del presidente Donald Trump a California se registraron este lunes, en el estado más poblado de Estados Unidos y bastión demócrata.
Casi 200 personas protestaron en el centro de San Diego para denunciar la llegada del mandatario y, en particular, para expresar su rechazo a la política de inmigración de Trump en esta ciudad fronteriza con México.
El presidente republicano tienen previsto llegar este martes hacia las 11.30 hora local para dirigirse a la localidad de Otay Mesa, al sur de San Diego, donde se exponen los ocho prototipos del muro que quiere construir sobre unos 3.000 kilómetros a lo largo de la frontera con México, una de sus principales y más polémicas promesas de la campaña electoral.
«En California nos estamos enfocando en puentes, no en muros. Y eso es más que sólo una forma de hablar», asegura el gobernador, Jerry Brown, en una carta enviada a Trump este lunes.
El gobernador demócrata, que ha concentrado la disputa contra el actual Gobierno federal en torno a temas como el medio ambiente y la inmigración, ha invitado al presidente a conocer las razones por las que el estado es una de las mayores economías del mundo.
Por eso, en su carta, insta a Trump a completar su visita a los prototipos del muro que se levantaron en San Diego con otra a las obras que realizan en el Valle Central, donde se construye la «primera y única» línea ferroviaria de alta velocidad del país. «Tenemos un sistema de trenes de clase mundial en construcción. Te invitamos a subir abordo y verdaderamente a ‘Hacer a Estados Unidos grande de nuevo'», le dice Brown a Trump en la carta, en alusión al conocido eslogan de campaña del mandatario, ‘Make America Great Again‘, informa Efe.
Este martes se esperan más manifestaciones para protestar por la visita del presidente de EEUU.
La visita se produce en un momento de tensión entre su gobierno y el estado de California, en relación con los asuntos migratorios, después de que el fiscal general Jeff Sessions acusara a la administración californiana de obstruir deliberadamente la aplicación de leyes federales al ofrecer protección a los inmigrantes indocumentados.