La familia de Osama Bin Laden teme que su hijo menor siga sus pasos
La madre de Osama Bin Laden habla por primera vez a un medio de comunicación. Ha sido entrevistada en exclusiva por The Guardian en la que ha afirmado que «fue un niño muy bueno hasta que le lavaron el cerebro».
La madre de Osama Bin Laden habla por primera vez a un medio de comunicación. Ha sido entrevistada en exclusiva por The Guardian y en ella ha afirmado que el que fuera declarado enemigo número uno de Estados Unidos «fue un niño muy bueno hasta que le lavaron el cerebro». Alia Ghanem es su nombre y recibe a los reporteros en la sala de su casa acompañada de sus dos hijos y medios hermanos de Osama, Ahmad y Hassan, y su segundo marido, Mohammed al-Attas, el hombre que crió a los tres de pequeños.
Todos en la familia tienen su propia historia que contar sobre el hombre vinculado al auge del terrorismo islamista global, afirma el medio. Ghanem describe a Osama como un maravilloso hijo que «perdió el rumbo».
«Mi vida fue muy difícil porque él estaba muy lejos de mí», dice. «Era un niño muy bueno y me amaba mucho». Ahora, a sus 70 años y con una salud delicada, Ghanem señala a su esposo al-Attas y comenta: «Crió a Osama desde los tres años. Era un buen hombre, y era bueno con Osama».
Durante años, Ghanem se ha negado a hablar sobre Osama en público pero el silencio también se ha debido a decisiones gubernamentales de Arabia Saudí. Durante las dos décadas que pasó su hijo como líder de Al Qaeda, Ghanem vio suceder los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, así como su progenitor se convirtió en el enemigo número uno de Occidente.
Según The Guardian, el nuevo liderazgo de Arabia Saudí, encabezado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, ha permitido al periodista Martin Chulov acceder a la entrevista, no solo con la madre del líder de Al Qaeda, sino con otros miembros de su familia y personas cercanas al hombre asesinado en un operativo militar estadounidense el 2 de mayo de 2011 en Pakistán. Chulov asegura que la familia de Bin Laden sigue siendo muy influyente en Arabia Saudí. Por esta razón, sus movimientos siguen siendo fuertemente monitoreados.
El legado de Osama ha afectado también la fama del reino Saudí y por esto, hasta ahora, se había impedido a su madre hablar públicamente. Los críticos de Arabia Saudí siempre han alegado que Osama contó con apoyo estatal, y las familias de varias víctimas del 11 de septiembre han lanzado (hasta ahora infructuosas) acciones legales contra el reino.
Sentada entre los medio hermanos de Osama, Ghanem recuerda a su hijo como un niño tímido que era académicamente bueno. Asegura que a los 20 años, mientras estudiaba economía en la Universidad Rey Abdulaziz en Jeddah (Arabia Saudí), se radicalizó. «La gente en la universidad lo cambió», afirma su madre. «Se convirtió en un hombre diferente». Uno de los hombres que conoció allí fue a Abdullah Azzam, un miembro de los Hermanos Musulmanes que más tarde fue exiliado y se convirtió en el consejero espiritual de Osama.
«Fue un niño muy bueno hasta que conoció a algunas personas que prácticamente le lavaron el cerebro a los 20 años. Puedes llamarlo un culto. Recibieron dinero por su causa. Yo siempre le decía que se mantuviera alejado de ellos, y nunca me admitía lo que estaba haciendo, porque me amaba mucho», acota en la entrevista para The Guardian.
Hassan, uno de sus hermanos continúa el relato de la madre. Narra que a principios de los años 80, Osama viajó a Afganistán para luchar contra la ocupación rusa. Expresa que todos los que lo conocieron entonces lo respetaban. «Al comienzo, estábamos muy orgullosos de él. Incluso el Gobierno saudí lo trataba de una manera muy especial. Después vino Osama el mujahid (combatiente islámico fundamentalista)”.
El asunto no es sencillo de tratar para los familiares de Bin Laden, cuenta el periodista. Ghanem escucha atentamente y se anima nuevamente a retomar la conversación. Vuelve a los años de formación de Osama. “Era muy estricto. Era muy bueno en la escuela. Realmente le gustaba estudiar. Gastó todo su dinero en Afganistán y luego se escabulló diciendo que estaba tratando negocios familiares”.
El periodista le pregunta si ella alguna vez sospechó que podría convertirse en yihadista. «Nunca se me pasó por la mente». Poco después añade: «Estábamos muy molestos. No quería que nada de esto sucediera. ¿Por qué lo tiraría todo por la borda?”, se cuestiona. La última vez que la familia lo vio en Afganistán fue en 1999. Ese año lo visitaron dos veces en su base a las afueras de Kandahar. «Era un lugar cerca del aeropuerto que habían quitado a los rusos», señala Ghanem.
Ghanem dice que cuando ella era pequeña vivió en ciudad costera siria de Latakia, donde creció en una familia de alauitas, una rama del islamismo chií. Ghanem se mudó a Arabia Saudí a mediados de la década de 1950, y Osama nació en Riad en 1957. Se divorció de su padre tres años más tarde y se casó con al-Attas. El padre de Osama llegó a tener 54 hijos con al menos 11 esposas.
Cuando Ghanem se va a descansar un rato de la entrevista a una habitación cerca del salón, los medio hermanos de Osama le dicen al periodista que es «difícil que una madre hable de su hijo de manera objetiva». «Han pasado 17 años (desde el 11 de septiembre) y ella sigue negando lo de Osama», dice Ahmad.
«Ella lo amaba tanto que se niega a culparlo». En cambio, ella responsabiliza a quienes lo rodearon. Solo conoce el lado bueno del su hijo, alegan los hermanos. «Ella nunca llegó a conocer el lado yihadista».
«Yo estaba sorprendido, aturdido «, dice ahora Ahmad sobre las primeras noticias que recibió del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York. «Fue una sensación muy extraña. Sabíamos desde el principio que Osama estaba detrás. Desde el más pequeño hasta el mayor (de los hermanos), nos sentimos avergonzados de él. Sabíamos que todos íbamos a afrontar terribles consecuencias. Nuestra familia en el extranjero regresó a Arabia Saudí”.
Los miembros de familia dicen que las autoridades los interrogaron y, durante un tiempo, se les impidió salir del país. Casi dos décadas después, los Bin Laden pueden moverse con relativa libertad dentro y fuera del reino.
El periodista le pregunta a la familia sobre el hijo menor de Bin Laden, Hamza, de 29 años, que se cree que está en Afganistán y el año pasado fue designado oficialmente por Estados Unidos como «terrorista global», acusado de haber asumido el manto de su padre bajo los auspicios del nuevo líder de Al Qaeda, Aymán al-Zawahirí.
Sus tíos sacuden la cabeza. «Pensamos que todos habíamos superado esta etapa», continúa el hermano de Osama, Hassan. «Después supimos que Hamza (el hijo) estaba diciendo que quería vengar a su padre. No queremos volver a pasar por eso. Si Hamza estuviera frente a mí ahora le diría: ‘Que Dios te guíe. Piensa dos veces sobre lo que estás haciendo. No tomes los pasos de tu padre’ «. A pesar de esto, el continuo ascenso de Hamza bin Laden puede ensombrecer los intentos de la familia de sacudirse el pasado.