La alta abstención hace fracasar el referéndum en Rumanía sobre el matrimonio homosexual
El referéndum celebrado este domingo en Rumanía en el que se votaba prohibir el matrimonio homosexual ha quedado invalidado debido a una abstención récord, ha indicado este lunes la oficina electoral, citada por AFP. Solo algo más del 20% de electores votaron en la consulta. Para que el resultado fuera válido, era necesario alcanzar un 30% de participación en el referéndum, apoyado por el Gobierno de izquierda, que sufre un estrepitoso revés.
El referéndum celebrado este domingo en Rumanía en el que se votaba cambiar la Constitución para evitar la aprobación del matrimonio homosexual ha quedado invalidado debido a una abstención récord, ha indicado este lunes la oficina electoral, citada por AFP. Solo algo más del 20% de los electores votaron en la consulta. Para que el resultado fuera válido, era necesario alcanzar un 30% de participación en el referéndum, apoyado por el Gobierno de izquierda, que sufre un estrepitoso revés.
De los que acudieron a votar, una abrumadora mayoría se mostraron a favor de vetar las uniones entre personas del mismo sexo. Un poco más de 3,4 millones de personas -un 91,6% de los 3,7 millones de personas que fueron a las urnas- votaron a favor de inscribir en la Constitución que solamente «un hombre y una mujer» pueden casarse, y no los «cónyuges», como figura actualmente. Unas 242.000 personas (6,4%) votaron contra esta modificación, y el resto de los votos fueron anulados, según los primeros resultados, con el 98% de los colegios electorales escrutados.
Desde un punto de vista legal, el referéndum no debía cambiar nada porque la legislación rumana no autoriza ni el matrimonio entre personas del mismo sexo ni tampoco la unión civil. Pero un veto explícito habría hecho más difícil cualquier cambio futuro a favor de las parejas homosexuales.
El referéndum fue iniciativa de ONG cercanas a la poderosa Iglesia ortodoxa y reunidas en una «Coalición para la familia», Además de la comunidad LGTB[contexto id=»383891″], numerosas organizaciones de la sociedad civil llamaron a boicotear este referéndum. «No hemos logrado nuestro objetivo, lo haremos la próxima vez», aseguró el presidente de esta coalición, Mihai Gheorghiu.
A contracorriente de las izquierdas europeas, los líderes socialdemócratas rumanos se pusieron del lado de los defensores de la «familia tradicional», pero no tanto por convicción, según sus adversarios, como por «oportunismo». «Es un fracaso para los rumanos y para Rumania», declaró el secretario general de los socialdemócratas (PSD) Codrin Stefanescu, que denunció el «boicot de un proceso cívico».