El periodista japonés secuestrado tres años en Siria pide perdón por "causar problemas"
El periodista nipón Jumpei Yasuda, liberado la semana pasada tras pasar más de tres años secuestrado en Siria, ha pedido este viernes disculpas por causar problemas al Gobierno de Japón.
El periodista nipón Jumpei Yasuda, liberado la semana pasada tras pasar más de tres años secuestrado en Siria, ha pedido este viernes disculpas por «causar problemas» al Gobierno de Japón, en una rueda de prensa en la que explicó detalles de su cautiverio.
Yasuda, un reportero freelance de 44 años, ha comparecido hoy por primera vez ante los medios desde que fue repatriado a Japón la semana pasada procedente de Turquía, tras ser liberado por las autoridades de ese país.
El periodista ha relatado cómo fue capturado en Siria por un grupo rebelde poco después de cruzar a pie la frontera con Turquía, un área controlada por el Frente Al Nusra, antigua filial siria de Al Qaeda, aunque ha señalado que nunca supo a qué facción pertenecían sus captores.
Sus secuestradores le retuvieron hasta en una decena de lugares diferentes, incluyendo centros de detención y residencias privadas, le maltrataron, le presionaron para convertirse al islam y le obligaron a mentir sobre su nacionalidad y su nombre reales en diversos vídeos realizados para pedir su rescate, según su relato.
Yasuda no ha dado detalles sobre cómo se logró su liberación, mientras que el Gobierno nipón ha negado haber pagado un rescate por ello ni haber estado directamente en contacto con sus captores.
El periodista ha agradecido la ayuda de las autoridades niponas y pidió disculpas «por causar problemas a su Gobierno», tras recibir críticas de algunos sectores de la sociedad japonesa, que le responsabilizaban de haber asumido demasiados riesgos al entrar en una zona en conflicto.
«Decidí ir a una zona de guerra mientras el Gobierno recomendaba no hacerlo», ha señalado Yasuda, quien ha añadido que estaba «preparado física y mentalmente para asumir las consecuencias de sus actos».
El periodista entró en Siria con el objetivo de cubrir varias informaciones, entre ellas el asesinato de su colega nipón Kenji Goto a manos del grupo terrorista Estado Islámico (EI), y ya había sido secuestrado anteriormente en Oriente Medio, en concreto en Irak durante la guerra de ese país en 2004.
Según el Observatorio sirio de Derechos Humanos, Yasuda habría permanecido cautivo en la provincia occidental siria de Idlib, y su liberación se produjo a cambio del pago de un rescate, cuyo montante habría ascendido a tres millones de dólares (2,6 millones de euros).