Los socialdemócratas ganan las legislativas en Finlandia por escaso margen
Verdaderos Finlandeses, de extrema derecha, ha duplicado su presencia en el Parlamento
El Partido Socialdemócrata ganó este domingo las elecciones legislativas en Finlandia, 20 años después de su última victoria, con una ajustada ventaja respecto al partido Verdaderos Finlandeses, de extrema derecha.
La formación socialdemócrata, liderada por el exministro de Finanzas Antti Rinne, obtuvo 40 escaños de los 200 del Parlamento finlandés, y los Verdaderos Finlandeses, 39, según los resultados definitivos. Los dos partidos están distanciados por apenas 0,2 puntos porcentuales.
Los socialdemócratas logran así su regreso a la primera línea de la escena política, cuatro años después de su fracaso en las legislativas de 2015, cuando el partido quedó en cuarta posición.
«Por primera vez desde 1999, los socialdemócratas somos el partido del primer ministro», dijo Antti Rinne, exsindicalista de 56 años.
La última vez que el partido ganó unas elecciones fue en 1999, tras las cuales Paavo Lipponen lideró una coalición de izquierda-derecha hasta 2003. Desde entonces, los socialdemócratas han participado en varios gobiernos, pero sin liderarlos.
Su campaña electoral se ha centrado en la política de austeridad llevada a cabo por la coalición gubernamental saliente, formada por el Partido del Centro, el Partido de la Coalición Nacional (derecha) y el partido Reforma Azul (euroescéptico), que permitió al país salir de la recesión en 2016.
El Partido del Centro del primer ministro saliente, Juha Sipilä, ha quedado relegado a la cuarta posición, al perder 18 escaños. Sipilä reconoció rápidamente su derrota. «Somos los mayores derrotados de estas elecciones», se lamentó.
«No esperaba este resultado, nadie esperaba algo así», se felicitó, por su parte, el líder de extrema derecha, Jussi Halla-aho.
Su formación entró en 2015 en el Gobierno de centro-derecha, una decisión política que, junto a la moderación de sus posturas en cuestiones como Europa, fueron consideradas de traición por parte de sus militantes más radicales.
En 2017, Verdaderos Finlandeses salió del Gobierno. Una mayoría de sus diputados fundó Nueva Alternativa (después rebautizado Reforma Azul), partido que se mantuvo en el Ejecutivo, mientras los otros se unieron a su nuevo presidente, el halcón antiinmigración Halla-aho.
Durante la campaña electoral, el partido logró situarse como favorito gracias a la cuestión migratoria. En Finlandia, alrededor del 6,6% de los 5,5 millones de habitantes nacieron en el extranjero.
En diciembre y enero fueron detenidos una decena de hombres de origen extranjero sospechosos de agresiones sexuales. Estos casos, muy mediáticos, provocaron indignación en el país y una ola de apoyo a los Verdaderos Finlandeses. La formación se comprometió a reducir considerablemente la inmigración y a reforzar las reglas de asilo.
El partido denuncia también la «histeria climática» de sus adversarios, afirmando que los ciudadanos no deben pagar por las medidas suplementarias contra el cambio climático.
Este domingo, su número de diputados se duplicó al pasar de 17 a 39.
Finlandia tiene un sistema de elección proporcional y una cultura política de consenso que lleva a coaliciones heterogéneas al poder.
Este domingo, el líder de extrema derecha, Jussi Halla-aho, dijo estar dispuesto a formar una coalición «pero no a cualquier precio».
Por su parte, Rinne aseguró que quería formar Gobierno «antes de finales de mayo» y no descartó la posibilidad de una colaboración con los Verdaderos Finlandeses, señalando que tenía «preguntas» que plantear al partido.
Uno de los desafíos del próximo Gobierno será atacar el difícil tema de la protección social. Finlandia, cuyo Estado es uno de los más generosos del mundo, se enfrenta ahora a una población cada vez más envejecida y con menos nacimientos, informa Afp.