La huelga contra la reforma de las pensiones en Francia entra en su cuarta semana sin solución a la vista
Pese a los intentos de Macron, los sindicatos se han negado a una tregua navideña
El conflicto por el intento de reformar el sistema de pensiones en Francia ha entrado este jueves en su cuarta semana, con fuerte grado de acatamiento a las huelgas que mantienen semiparalizado el país, en especial el transporte.
La protesta iguala este jueves la duración de la gigantesca huelga de transportes de noviembre y diciembre de 1995, también desatada por un intento gubernamental de reformar el sistema de pensiones y que finalmente fue retirado.
Pero 24 años después la situación parece estancada, sin visos de que estén dispuestos a ceder ni los sindicatos -con algunas direcciones dubitativas presionadas por las bases para seguir la huelga- ni el Gobierno liberal del presidente Emmanuel Macron.
El Gobierno quiere fusionar en un sistema único los 42 planes de jubilación distintos que a veces marcan edades diferentes de retiro tomando en cuenta las especificidades de diferentes profesiones como pueden ser bailarines de ballet, conductores de trenes, pilotos de avión, policías o bomberos.
Otro punto en disputa es la edad en el sistema general. El gobierno había prometido mantener en 62 años la edad a la que un francés puede jubilarse sin quitas si tiene 42 años de cotizaciones.
Pero el proyecto incorpora quitas para quienes se jubilen antes de los 64, aunque tengan todos los años de aportes requeridos.
Los sindicatos que se oponen a este proyecto en el que -dicen- «todos perderán», mantienen la presión, e incluso si la tasa de huelguistas -privados de salarios hace tres semanas- continúa en descenso y ya es de 42,1% entre maquinistas, los servicios siguen siendo escasos.
En la región de París circula solamente uno de cada cinco trenes suburbanos, concentrados en unas pocas horas de mañana y unas pocas horas de tarde.
De las 16 líneas de trenes subterráneos de la capital, únicamente las dos automáticas funcionan normalmente y del resto algunas lo hacen sólo en parte del recorrido y unas pocas horas y otras tienen sus puertas cerradas desde hace tres semanas.
Contrariamente al deseo del presidente Emmanuel Macron, los sindicatos se negaron a una tregua navideña y, al contrario, se multiplicaron las protestas.
Bloqueos de garajes de autobuses, cortes de energía, refinerías de petróleo detenidas, almuerzos «festivos» en los sitios de trabajo, o una representación del ballet el Lago de los Cisnes con entrada gratuita en la explanada de la Ópera de París por bailarines en huelga, jalonaron estos días.
Y, para el sábado, los sindicatos organizan y programan manifestaciones en todo el país, pese a que se anuncian temperaturas bajo cero.