Iberoamérica y el Caribe dependerán de la Secretaría de Estado de Exteriores
Las políticas sobre Iberoamérica y el Caribe se incluirán en la Secretaría de Estado de Exteriores y no en la de Cooperación Internacional
El Consejo de ministros aprobará en su reunión de este martes una reorganización del ministerio de Asuntos Exteriores que prevé que las políticas sobre Iberoamérica y el Caribe se incluyan en la Secretaría de Estado de Exteriores y no en la de Cooperación Internacional como ocurría hasta ahora.
Fuentes de Exteriores han explicado a EFE que el departamento que dirige Arancha González Laya tendrá cuatro secretarías de Estado, entre las que se incluye la de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe.
Las otras tres son la Secretaría de Estado para la Unión Europea, la de Cooperación Internacional y la de la España Global.
En la primera de ellas se ha incluido en el nombre Iberoamérica y el Caribe por «la especial relación de España con el continente», según las fuentes, que han aclarado que la región no pierde rango con este cambio en el organigrama.
Desde la nueva Secretaría de Asuntos Exteriores, Iberoamérica y el Caribe se abordarán además cuestiones de política exterior, seguridad, Naciones Unidas, Magreb, África, etc.
La de la Unión Europea se mantiene como hasta ahora, con dedicación especial a asuntos como las perspectivas financieras comunitarias o el Brexit[contexto id=»381725″], mientras que la de Cooperación Internacional se centrará exclusivamente en cuestiones de cooperación, una «prioridad» para esta legislatura en la que el Gobierno pretende aumentar las ayudas al desarrollo.
Y en cuanto a la Secretaría de Estado de la España Global sigue teniendo el mismo nombre, pero, en lugar de tener una dirección general como hasta ahora (era la Oficina de la España Global), va a tener tres direcciones generales: una de diplomacia económica; otra de estrategia, prospectiva y coherencia; y una tercera de comunicación, diplomacia pública y redes.
Esta secretaría seguirá estando dedicada a la proyección exterior de España y a la defensa de su reputación, pero también a una estrategia y pensamiento más a largo plazo, y a la diplomacia económica.