Bangladesh garantizará el acceso a la educación de los niños rohingya
Amnistía Internacional celebra la medida: «Ya han perdido dos años académicos y no pueden permitirse perder más tiempo fuera del aula»
El Gobierno de Bangladesh ha anunciado este martes que permitirá el acceso a la educación de los menores rohingyas refugiados en este país tras huir de la persecución en Birmania (Myanmar), en una medida aplaudida por Naciones Unidas y colectivos pro derechos humanos. «Queremos que tengan educación y para ello permitiremos todo lo que podamos. Seguirán el plan de estudios de Birmania, país al que solicitaremos su cooperación para implantarlo«, ha explicado a Efe el ministro de Asuntos Exteriores de Bangladesh, A.K. Abdul Momen.
Se trata de un proyecto piloto puesto en marcha por el Gobierno bangladesí y Unicef; se empezará con la construcción de centros educativos con capacidad para unos 10.000 menores que después se ampliarán para atender a un número mayor de alumnos. «El Gobierno de Bangladesh permitió un proyecto piloto que utilizará el plan de estudios de Birmania para educar a los niños rohingyas, lo que les permitirá regresar a casa en el futuro«, ha dicho a Efe la coordinadora residente de la ONU en el país asiático, Mia Seppo.
La iniciativa autorizada este martes era una demanda que reclamaban hacía tiempo tanto Naciones Unidas como organizaciones de derechos humanos para que los menores rohingyas pudieran ejercer su derecho a la educación dentro de los campamentos de refugiados y evitar que se conviertan en una «generación perdida». «Este es un compromiso importante y muy positivo del Gobierno de Bangladesh que permitirá a los niños acceder a la escolarización y perseguir sus sueños de futuro», celebra en un comunicado el activista de Amnistía Internacional del Sur de Asia, Saad Hammadi. «Ya han perdido dos años académicos y no pueden permitirse perder más tiempo fuera del aula».
La ONG recuerda que hasta ahora Bangladesh se había resistido a permitir la escolarización formal de los refugiados rohingyas, limitando sus oportunidades de aprendizaje a algunos centros provisionales, y que los pocos alumnos que lograron acceder a escuelas secundarias locales fueron expulsados «por instrucciones del Gobierno». «Los costes de denegar la educación de los niños pueden ser graves, incluyendo dejarlos en una situación de vulnerabilidad ante la pobreza y la explotación. Por ello, damos la bienvenida a este avance significativo y esperamos que el Gobierno cumpla con sus compromisos», según Hammadi.
Un informe de Unicef de agosto de 2019 reveló que el 97% de los menores rohingyas de entre 15 y 18 años no recibían ningún tipo de formación. Según el documento, tras el éxodo masivo de Birmania en agosto de 2017 y hasta junio de 2019, el sector educativo en general brindó educación informal a 280.000 niños rohingyas de entre 4 y 14 años. Unicef y sus socios garantizaron la educación de 192.000 de esos niños en 2.167 centros educativos.
No obstante, eso deja fuera de cualquier programa de aprendizaje a otros 25.000 menores rohingyas que ahora esperan con esta iniciativa recibir educación. Unos 738.000 integrantes de esa minoría musulmana se encuentran refugiados en Bangladesh tras la ola de persecución y violencia que desató el ejército birmano contra ellos en agosto de 2017 y que la ONU calificó como un ejemplo de limpieza étnica y un posible genocidio. La mayoría de ellos malvive con escasos recursos sanitarios en el mayor campamento de refugiados del mundo, situado en el distrito fronterizo de Cox Bazar.
La Corte Internacional de Justicia (CJI) de la Haya, ordenó la pasada semana a Myanmar la aplicación de medidas cautelares para proteger a la minoría rohingya mientras investiga a ese país por posible genocidio.