El Senado da el primer paso para prohibir la esterilización forzosa por discapacidad
En la última década, se han practicado en España más de mil esterilizaciones forzosas, la mayoría a mujeres
El Pleno del Senado ha dado este miércoles el primer paso para erradicar las esterilizaciones forzosas de las personas con discapacidad incapacitadas judicialmente en España, una práctica que aún permite el Código Penal.
Casi la totalidad de la Cámara ha votado a favor de la toma en consideración de esta proposición de ley de Ciudadanos, a excepción de los dos senadores de Vox, que han votado en contra, y una senadora de Teruel Existe que se ha abstenido. Se trata de la primera proposición de ley que admite a trámite el Senado, que ahora será remitida al Congreso para su tramitación parlamentaria.
Ciudadanos expone en la proposición de ley admitida que la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, ratificada por España y en vigor desde 2008, exige que los estados pongan fin a las prácticas discriminatorias relativas a la familia, la paternidad y la fertilidad de este colectivo.
Sin embargo, más de diez años después de su entrada en vigor, en España se siguen realizando esterilizaciones forzosas, algo que Ciudadanos considera «una grave anomalía en términos de derechos humanos». En el artículo 156 del Código Penal se dice que «no será punible la esterilización acordada por órgano judicial» en el caso de personas incapacitadas judicialmente.
El partido liderado por Inés Arrimadas propone en su proposición de ley reformar el Código Penal para eliminar esa medida, también prohibida por el Convenio de Estambul.
Por otro lado, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) ha calificado de «hito histórico» que haya comenzado la tramitación parlamentaria de la ilegalización de las esterilizaciones forzosas o no consentidas a personas con discapacidad incapacitadas judicialmente. El CERMI ha recordado que en la última década se han practicado en España más de mil esterilizaciones forzosas, la mayoría a mujeres.
Para CERMI Mujeres, estas prácticas «son fruto de la eterna infantilización que se hace de las mujeres con discapacidad, a quienes se les cuestiona su capacidad de reproducirse por desconfianza, prejuicios de una sociedad que todavía es, en muchos casos, capacitista y patriarcal».
