El Gobierno refuerza la protección a las mujeres en cuarentena con sus maltratadores
El aislamiento es un factor de riesgo en la violencia machista y el ahogo por el confinamiento se multiplica para las víctimas
El aislamiento motivado por la crisis del coronavirus[contexto id=»460724″] es un factor de riesgo en la violencia machista[contexto id=»381727″] y el ahogo por el confinamiento se multiplica para las víctimas, pero el Gobierno ha reforzado su protección. El Gobierno ha declarado servicios esenciales aquellos servicios de asistencia integral a las víctimas de violencia de género para garantizar su pleno funcionamiento. Y activará un nuevo mecanismo de alerta ante emergencias domiciliarias para que las víctimas que puedan verse en una situación de riesgo o de violencia envíen su geolocalización mediante mensajería instantánea a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
También Cruz Roja ha hecho planes de contingencia para asegurar que el funcionamiento del teléfono Atenpro para víctimas de violencia machista y otros recursos asistenciales esenciales se mantienen con normalidad a pesar de la crisis sanitaria. Se puede llamar al 112 y también acudir a una comisaría a hacerlo. Además, los juzgados siguen funcionando para proteger a las víctimas porque el decreto del estado de alarma consideró esta problemática de primer orden y blindó salvaguardar esta lucha.
«Es necesario que se transmita que tanto los juzgados de violencia de género como las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado seguirán atendiendo las situaciones de violencia de género de carácter urgente», incide la abogada y presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, Susana Martínez Novo.
El teléfono 016 y el servicio de gestión de pulseras telemáticas de control de agresores trabajan al 100% después de que el Gobierno haya habilitado el teletrabajo de sus profesionales y el Ejecutivo haya puesto en marcha un plan de contingencia para reforzar la atención y protección de las víctimas, consciente de la complejidad de una situación de confinamiento para un contexto de violencia de género.
«La violencia de género puede tender a invisibilizarse, a quedarse detrás de las puertas con la situación de emergencia sanitaria», alerta en una entrevista con Efe la socia fundadora de la Asociación de Mujeres Juezas de España, Lucía Avilés. «La situación de convivencia genera situaciones muy difíciles y la violencia de género se puede ver agravada no solamente por el confinamiento, sino por un mayor control de las comunicaciones, la limitación de movimientos, la limitación económica y la sensación de impunidad que puede tener el agresor», explica la jueza. Ante ese «cóctel peligroso» en pleno estado de alarma, urge actuar y que haya una respuesta social: «Ahora más que nunca tenemos que emitir a las víctimas el mensaje de que no están solas, de que la sociedad está con ellas».
La presidenta de la Audiencia de Navarra y coordinadora de género de Jueces y Juezas por la Democracia, Esther Erice, llama la atención sobre el impacto que el estado de alarma pueda tener en los puntos de encuentro familiar, esenciales para el cumplimiento del régimen de visitas de menores en casos conflictivos. «Es un servicio que resulta muy necesario. (…) Si los cierran, se agudizarán más los conflictos», destaca Erice, quien aclara que con el estado de alarma no hay un criterio unificado sobre qué hacer con estos centros, ya que dependen de las comunidades autónomas. «Considero que debe valorarse su mantenimiento, sobre todo para los casos más conflictivos, pero todavía no está claro. Afecta a un gran número de menores y a mujeres en riesgo de sufrir violencia», añade.