Activistas prodemocracia han multiplicado los llamamientos a congregarse en algunos barrios comerciales de Hong Kong, en un intento por reactivar las protestas que sacudieron el territorio semiautónomo entre junio y diciembre de 2019.
Esa movilización salió reforzada con el triunfo de los «prodemocracia» en las elecciones municipales de noviembre, pero a principios de año perdió fuerza debido a las miles de detenciones realizadas por la policía y sobre todo a las restricciones impuestas para combatir el coronavirus.
«¡Estamos de vuelta! Cita en las calles el 24 de mayo», se leía el sábado en un grafiti en un muro cerca de la estación de metro Kowloon Tong.
Más de 8.300 personas han sido detenidas desde que comenzaron las protestas hace un año. Unas 200 lo fueron al margen de acciones de menos calado el Día de la Madre, a principios de mayo.
El gobierno no ha autorizado ninguna manifestación este domingo y la policía ha advertido que intervendrá contra cualquier concentración ilegal, en nombre de las restricciones impuestas contra la Covid-19, que prohíben las reuniones públicas de más de ocho personas.
«La policía desplegará mañana a los efectivos necesarios en los lugares apropiados, actuará con determinación para mantener el orden público y procederá a las detenciones que corresponda», anunciaron el sábado las fuerzas de seguridad en un comunicado.
Hong Kong goza de una autonomía amplia en comparación con el resto del país, dirigido por el Partido Comunista Chino (PCC), en virtud del concepto «Un país, dos sistemas» en el que se basó su devolución por parte del Reino Unido en 1997.
Sus habitantes tienen libertad de expresión y de prensa y un poder judicial independiente, unos derechos inexistentes en la China continental.
Este modelo debería durar al menos hasta 2047, pero muchos hongkoneses creen que Pekín controla cada vez más el territorio y el gobierno central interfiere en los asuntos internos.