Los Mossos d’Esquadra blindarán a partir de las próximas semanas el espacio aéreo de la ciudad de Barcelona, del aeropuerto y de la zona petroquímica de Tarragona mediante cúpulas virtuales, con cámaras y antenas, para detectar e inhibir drones que supongan un riesgo para la seguridad.
Por qué te lo contamos: este programa de seguridad aérea, denominado Kuppel, está basado en un sistema homologado por la OTAN y pretende evitar ataques terroristas cometidos con drones, su uso en el tráfico de drogas, el espionaje o el riesgo que suponen si sobrevuelan infraestructuras críticas. A lo largo de 2019 y del primer trimestre de este año los Mossos d’Esquadra han detectado cerca de 900 incidentes vinculados al uso de drones, cuyos propietarios se enfrentan a sanciones relacionadas con la ley de seguridad ciudadana -a partir de 600 euros- y de la normativa administrativa en el ámbito de seguridad aérea, con multas de entre 3.000 y 300.000 euros.
La previsión con la que trabajan los Mossos es que este proyecto, que cuenta con un presupuesto inicial de 400.000 euros, empiece con la instalación de las primeras cámaras y antenas -en total se utilizarán una veintena- en puntos altos de la ciudad de Barcelona durante la primera quincena de este mes de julio, y que en agosto ya esté plenamente operativo en la capital catalana, la primera gran ciudad europea que dispondrá de un sistema parecido.
Así lo han anunciado en rueda de prensa el conseller de Interior, Miquel Buch, el director de los Mossos, Pere Ferrer, y el comisario jefe, Eduard Sallent, que han precisado que, posteriormente, en agosto se instalarán las cámaras en el Delta del Llobregat -por el aeropuerto de Barcelona- y en el Camp de Tarragona -las petroquímicas, el puerto y el aeropuerto-, para que esté plenamente operativa en septiembre.
Presentem el projecte Kuppel, la xarxa de detecció i control de drons a Barcelona i les principals infraestructures aeroportuàries i petroquímiques de Catalunya pic.twitter.com/8IEfAOvCjT
— Mossos (@mossos) July 6, 2020
Las cámaras, con un funcionamiento parecido a los radares, se activarán al detectar un objeto no tripulado volando a una altura de hasta 300 metros, y mediante la inteligencia artificial detectará si supone un riesgo para entonces hacer un seguimiento de su ruta, mediante triangulaciones, para llegar a la persona que lo dirige desde el suelo.
En España se han dado casos hasta el momento de uso de drones para el tráfico de drogas y para entrar objetos prohibidos en las cárceles.
Las cámaras y antenas configurarán una especie de cúpula de protección aérea, mediante la detección y geolocalización de estos aparatos de vuelo no tripulados y, en caso de riesgo, equipos sobre el terreno activarán inhibidores para que no puedan seguir volando.
El proyecto Kuppel, que usa un sistema homologado por la OTAN y que los Mossos monitorizarán desde su sala de mando, permitirá a la policía catalana dar el salto a la seguridad en el espacio aéreo, para garantizar la inmunidad aérea en los entornos de mayor riesgo. Las cámaras, de alta definición, permitirán grabar el vuelo e identificar el modelo y fabricante del dron, para tener toda la información que permita sancionar a la persona que lo utilice infringiendo las normas.
Además, este sistema también tiene como objetivo evitar la perpetración de ataques terroristas mediante drones, ya que en las zonas blindadas por las cúpulas virtuales se detectaría al instante el dron y se podrían activar a los equipos de inhibición.