El acto para recordar la bomba nuclear que destruyó Hiroshima hace este jueves 75 años ha servido para insistir en la necesidad de que el Gobierno de Japón, el único país que ha sufrido un ataque atómico, firme el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares aprobado hace ya tres años en el seno de la ONU.
En contexto: este tratado fue aprobado en el seno de la ONU el 7 de julio de 2017 por 122 estados miembros, pero para que entre en vigor necesita ser ratificado por al menos 50 naciones, y hasta hoy sólo lo han hecho 40.
En el acto con el que se conmemoró el ataque nuclear que sufrió la ciudad el 6 de agosto de 1945 –tres días antes de que otra bomba atómica destrozara Nagasaki– el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui ha hecho este llamamiento ante unas 800 personas reunidas en el Parque de la Paz de esta ciudad, entre ellas autoridades como el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y representantes de los hibakusha o supervivientes del ataque nuclear. «Pido al Gobierno japonés que acate el llamamiento de los hibakusha para firmar, ratificar y ser parte del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares», ha afirmado el alcalde.
El Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares se suma al Tratado de no Proliferación Nuclear, que restringe la posesión de armas atómica y que entró en vigor hace medio siglo tras ser firmado por la gran mayoría de las naciones del planeta, incluído Japón. Estos dos tratados, en palabras de Kazumi, son herramientas «críticas para eliminar las armas nucleares». «Ahora, más que nunca los líderes mundiales deben reforzar su determinación para hacer que este marco legal funcione efectivamente», ha insistido.
El alcalde de Hiroshima habló después de la presentación de ofrendas florales ante un monumento que recuerda la tragedia y de que se observara un momento de silencio mientras se oía el tañido de una campana a la hora en la que cayó la bomba en Hiroshima. En un mensaje posterior, Abe evitó en todo momento hablar del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares, pero dijo que su país luchará «con tenacidad» para conseguir un mundo libre de armas nucleares.
La ceremonia de este año se desarrolló con un número menor de participantes para evitar contagios por la pandemia de coronavirus, y seguirá el próximo domingo con otro acto convocado en la ciudad de Nagasaki, que se espera sirva también como ocasión para clamar por la abolición de las armas atómicas.