El FBI va a trabajar con los investigadores libaneses e internacionales para aclarar las causas de la explosión que arrasó el puerto de Beirut la semana pasada, según ha anunciado en la capital libanesa David Hale, número tres de la diplomacia estadounidense. La declaración coincide con la fecha en la que el Parlamento Libanés ha aprobado el estado de emergencia en Beirut, declarado la semana pasada, y el Ejecutivo en funciones ha anunciado su extensión por un mes más a causa de un repunte de la COVID-19.
Por qué es importante: los ciudadanos libaneses reclamaban una investigación externa del suceso, aunque el Gobierno libanés se mostró reticente en un primer momento, al final ha aceptado. La tragedia de Beirut ha provocado la dimisión en bloque del Gobierno del primer ministro Hasan Diab y ha salpicado al presidente libanés, Michel Aoun, quien ha reconocido que conocía la presencia de «gran cantidad» de nitrato de amonio en el puerto de Beirut dos semanas antes de la explosión.
Todavía no está claro si hubo alguna participación de Hezbollah en la explosión. «Siempre hay rumores de que Hezbollah controla todos los puntos fronterizos para hacer contrabando de sus armas y son infamemente conocidos por controlar la Seguridad General, pero aún así, sin una investigación independiente será difícil saberlo con certeza», asegura a The Objective un periodista libanés que prefieres hablar desde el anonimato.
«La explosión es vista por un gran grupo de libaneses como una negligencia acumulada, ignorancia, mala gestión, corrupción e incompetencia de la élite política, incluido Hezbollah, que es considerado parte de la élite después de que no se puso del lado de las protestas en octubre de 2019», señala a este medio la misma fuente, que asegura que «también hubo algunas discusiones de que el Gobierno estaba negando el apoyo inmediato de búsqueda y rescate por parte de diferentes países donantes (Túnez, Francia), lo que parece implicar que están ocultando algo que no quieren que otros encuentren, pero no es nada concreto».
Finalmente el Gobierno libanés ha aceptado una investigación externa, la del FBI. «Quiero anunciar que el FBI va a unirse muy pronto a los investigadores libaneses y extranjeros, tras recibir una invitación de Líbano» para intentar aclarar las causas de la explosión que mató a más de 171 personas, ha anunciado Hale al visitar las zonas destrozadas por la deflagración. «Estamos verdaderamente en vías de restaurar lo que, creo, todos los libaneses quieren ver, que es un Líbano dirigido por el pueblo libanés y satisfacer sus ambiciones y sus necesidades, no las de otros».
El puerto de Trípoli reemplazará temporalmente al de Beirut
Pese a su infraestructura y capacidad insuficientes, el puerto de Trípoli, en el norte de Líbano, reemplazará de manera temporal al de Beirut, principal puerta de entrada de las importaciones antes su destrucción. Antes de la explosión de Beirut el puerto no funcionaba más que a un 40% de su capacidad y recibía apenas dos millones de toneladas por año, mientras que puede absorber hasta cinco millones. A su vez, no acogía más de 80.000 contenedores en vez de los 300.000 que puede albergar.
Líbano importa el 85% de su comida y el Programa Mundial de Alimentos había dicho tras la explosión que temía el empeoramiento de la crisis provocada «por la profunda crisis financiera del país y la pandemia del COVID-19».
Ya se estaban realizando obras para agrandar y aumentar la capacidad del puerto de Trípoli, con el objetivo de transformarlo en la principal puerta de entrada de la mercadería necesaria para la reconstrucción de su vecina Siria cuando llegue el momento.
El Gobierno extiende un mes el estado de emergencia en Beirut
El Parlamento libanés ha dado el visto bueno a la declaración del estado de emergencia cuando se cumplen los ocho días por los que el Gobierno puede tomar esta medida sin el respaldo del Parlamento. Casi al mismo tiempo, el ministro de Salud del Ejecutivo interino, Hamad Hassan, anunciaba que se extendería el estado de emergencia un mes más allá del próximo 18 de agosto, cuando expiraba la actual declaración.
Hassan, justificó esta decisión en que se espera «un incremento en los contagios por coronavirus debido a las aglomeraciones que hubo en los hospitales tras la explosión y a la falta de mascarillas y de implicación con las medidas de prevención en ese momento». Además de la prórroga, «se empieza el aislamiento de algunos barrios, siendo estrictos respecto a la cuarentena domiciliaria».
El Líbano ya había declarado el estado de emergencia el 15 de marzo por la pandemia de COVID-19 pero había ido relajando las medidas por la baja incidencia de esta enfermedad en el país. Sin embargo, desde hace dos semanas los casos han comenzado a repuntar y esta semana ha registrado varios récords con un pico de más de 300 contagios el pasado martes.
A esto se suma que, según un balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS), algo más de la mitad de los centros de salud y al menos tres de los mayores hospitales de Beirut han quedado fuera de funcionamiento a causa de la explosión.