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Berlín investiga el amago de 'toma' del Reichstag a manos de ultraderechistas

Berlín investiga el amago de ‘toma’ del Reichstag a manos de ultraderechistas

Christian Mang | Reuters

La policía de Berlín investiga el amago de «asalto» por parte de unos 200 ultraderechistas del Reichstag, la sede del Parlamento alemán, ocurrido el sábado tras una marcha contra las restricciones por la pandemia que congregó a unas 30.000 personas.

Por qué te lo contamos: las imágenes de militantes de la derecha radical, algunos de ellos con banderas anticonstitucionales del antiguo Reich y símbolos nazis, en la escalinata de la sede parlamentaria han causado estupor entre la gran coalición del Gobierno alemán.

«El edificio del Reichstag es el centro simbólico de nuestra democracia. Es intolerable que lo usen extremistas caóticos para sus fines», apunta el ministro del Interior, Horst Seehofer, en declaraciones al dominical del popular diario Bild. «Es una vergüenza ver banderas del Reich ante nuestro Parlamento», declara el titular de Exteriores, Heiko Maas, a través de su cuenta en twitter. «No se puede estar siempre presente en todos sitios. Aprovecharon un hueco para burlar el cordón de seguridad y subir a la escalinata», afirma el portavoz de la policía, Thilo Cablitz, en declaraciones a la televisión pública regional berlinesa RBB.

La intención de tomar la sede parlamentaria había sido anunciada a través de redes sociales días antes de la manifestación. La policía había desplegado un dispositivo de 3.000 agentes para garantizar la seguridad en este sábado, en que se habían convocado un centenar de concentraciones y actos de diversa índole. El Reichstag fue acordonado, pero en el momento de producirse los incidentes apenas había tres agentes para contener a los ultras. El grupo logró finalmente saltar el cerco de las vallas y posar en las escalinatas.

A lo largo de la jornada de movilización contra las restricciones se produjeron unas 300 detenciones, en su mayoría de ultraderechistas. Los incidentes más graves se produjeron ante la embajada de Rusia, donde se disolvió una concentración de unos 2.000 radicales, que a continuación continuaron hacia el Reichstag. El grupo se había disgregado de la manifestación convocada por colectivos de orientaciones diversas contra las restricciones por el coronavirus. La gran marcha fue disuelta por la policía, por no respetarse las medidas de distanciamiento, a lo que siguió otra concentración de más de 30.000 personas en la Columna de Victoria.

El núcleo de las concentraciones de ultraderechistas, tanto en la embajada rusa como luego en la sede parlamentaria, lo formaban seguidores del movimiento «identitario» de los Reichburger («Ciudadanos del Reich»), que no reconocen a la República Federal de Alemania (RFA) y rechazan su orden jurídico. Mientras mostraban sus banderas anticonstitucionales ante la embajada rusa, entre gritos de apoyo al presidente de Rusia, Vladímir Putin, y consignas y carteles hostiles a la canciller alemana, Angela Merkel, hubo lanzamientos de botellas y otros objetos contra los antidisturbios.

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