¿Por qué es importante que un país tenga servicios de inteligencia?
Armas sofisticadas, coches de lujo y hombres en traje negro. Son las ideas que seguramente se nos vengan a la cabeza cada vez que pensamos en un espía, pero la realidad difiere mucho de este concepto generalizado de agente 007. Pese a lo que muchos creen, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no solo contrata policías y militares; en general, suelen ser civiles con capacidades y perfiles concretos. Son personas normales: agentes y analistas. Todos ellos con el objetivo de hacer frente a los nuevos desafíos, riesgos y amenazas que existen en España.
El Centro Nacional de Inteligencia es un organismo público que depende del Ministerio de Defensa. Su labor es obtener, analizar y proporcionar información clave al Ejecutivo para prevenir y anticiparse a cualquier reto o amenaza que pueda poner en peligro la integridad, intereses e independencia de España. “El Presidente del Gobierno, como responsable de toda la política del Estado, necesita la mejor y más completa información; y esta se la deben proporcionar los servicios de inteligencia”, explica V.R., agente del CNI, que ha pedido ser identificado con unas iniciales ficticias.
El CNI en el extranjero
Prácticamente todos los países cuentan con servicios de inteligencia. En España existen a nivel nacional, pero también hay a nivel departamental y operativo como el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), dependiente del Ministerio de Defensa; el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), etc. Todos ellos facilitan la información que adquieren y la inteligencia que producen a sus respectivos ministerios para que puedan ejecutar sus políticas departamentales.
En el extranjero, el CNI desempeña las funciones que le prescribe la legislación vigente, que fundamentalmente se resumen en dos tareas: “Obtener información y materializar las relaciones con los servicios de inteligencia de los países en los que se instalan las representaciones del CNI”, afirma V.R.
Las relaciones y alianzas entre países también influyen en los servicios de inteligencia realizando trabajos cooperativos. Por ejemplo, V.R. cuenta que una de las situaciones comunes que más se dan dentro del cuerpo es la dificultad para evitar que agentes de los servicios extranjeros, pertenecientes a países enfrentados, coincidan en la sede del Centro cuando tienen que visitarla para efectuar algún intercambio de información. “Sucede cuando distintos organismos citan a agentes de otros países, —explica V.R.— tenemos que alterar los protocolos de aparcamiento de sus respectivos vehículos, llevarlos a distintas instalaciones e incluso entretener a alguno de ellos para que no coincidan con su adversario”.
La moralidad de la inteligencia
Uno de los principales valores en los que se fundamentan los servicios de inteligencia es la discreción a la hora de operar. “No se publican los éxitos de las informaciones que proporcionan los servicios de inteligencia y, en principio, no se entra en polémica pública con nadie, aunque lo publicado por algún medio pueda suponer el desprestigio para la institución”, explica V.R..
Otro principio rector del cuerpo es la imparcialidad de la inteligencia que elabora, que debe estar siempre “al servicio del Estado y no al interés político o partidista”. El agente V.R. subraya también la total disponibilidad de los miembros del CNI al “servicio a España, por encima de cualquier otra intención o finalidad”.
Y la realidad es que poco sabemos de las funciones más específicas que realizan los agentes del CNI. De hecho, en su misma página web aparece una justificación a la confidencialidad y discreción propia de estos servicios de inteligencia: “Tanto por la naturaleza de la información que obtiene un Servicio y por los métodos que emplea para obtenerla, como por el contenido de sus evaluaciones y análisis, un porcentaje muy elevado de los asuntos que trata deben permanecer protegidos por el secreto. Un secreto que no debe ser entendido como un método de encubrir actuaciones ocultas, sino como una forma de asegurar que determinadas fuentes, materias, identidades, hechos o decisiones no sean conocidas por quienes podrían valerse de esa información para actuar contra los intereses del Estado. Un secreto, en suma, que sólo pretende contribuir a mantener la seguridad nacional”. En este sentido, tal y como explica V.R., “esa ausencia de los medios [de comunicación] es beneficiosa para el trabajo de los servicios de inteligencia”.
Discreto, reservado y secreto, así es el trabajo de todos los agentes que forman los servicios de inteligencia. Una confidencialidad buscada para mantener la seguridad de España y de todos sus ciudadanos. Porque tal y como reza la popular consigna entre los agentes del CNI: “Cualquier país que no tenga unos servicios de inteligencia está condenado a ser destruido”.