La Comunidad de Madrid esperaba con atención al veredicto de este Consejo de Ministros extraordinario, presidido por la vicepresidenta primera Carmen Calvo en ausencia de Pedro Sánchez –que está con el rey en Barcelona–, y el Consejo se ha pronunciado: declara el estado de alarma durante 15 días en la región y, desde algo antes de las cinco de la tarde, lo tenemos en el BOE –puedes consultarlo aquí–. El presidente del Gobierno se lo ha comunicado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, mientras el consejero de Salud comunicaba en televisión las medidas de control que pretendían establecer.
En contexto: el Gobierno central ha decidido tomar el control de Madrid tras días de tensión y desacuerdo con varapalo judicial de por medio entre administraciones, pese a que el equipo de Ayuso documenta que la situación está mejorando con sus medidas.
Y casi dos horas después…
El ministro de Sanidad –Salvador Illa– y el ministro de Interior –Fernando Grande-Marlaska– han comparecido ante los medios casi dos horas después de la hora programada, alrededor de las dos y media de la tarde. Illa ha comenzado la rueda de prensa repasando la cronología del pulso –Aguado pide ayuda, Ayuso y Sánchez se reúnen, Madrid acata y luego recurre las exigencias del Gobierno, el TSJM le da la razón, etcétera– y confirmando lo que ya conocíamos: el decreto del estado de alarma. ¿Lo más destacado? Utiliza este mecanismo para dar cobertura jurídica a las imposiciones del 30 de septiembre, que aquí detallamos.
«La paciencia tiene un límite»
«Mismas medidas», ha repetido en varias ocasiones. «Todo sigue igual». Illa ha sugerido que podían «cruzarse de brazos» o actuar –deslizando que una de las opciones fue la escogida por Ayuso– y ha argumentado que «la paciencia tiene un límite», que hay cuestiones en política que son debatibles y otras que no –y esta es una de ellas–, que Madrid tiene «transmisión comunitaria» y que «hay que tomar medidas para evitar la propagación a otras comunidades autónomas»: «Hay que evitar que este puente se propague el virus sin control». También ha dicho que todavía no ha llegado el invierno y la atención sanitaria madrileña ya está «desbordada». Marlaska, a su lado, ha comunicado que la Guardia Civil y la Policía Nacional tienen la «misión» de controlar los puntos de salida, tanto en carreteras como en estaciones, y que serán los garantes del cumplimiento de las medidas aprobadas por el Gobierno.
Ante las preguntas sobre las razones de la intervención, Illa ha pedido que se tomen con cuidado los datos que llegan desde Madrid porque «el 48% de los retrasos» de todo el país en pruebas de PCR proceden de esta región y que «seis de cada diez zonas básicas» de Madrid están por encima del «umbral acordado» –recordemos que era una incidencia de 500 casos por cada 100.000 habitantes, cuando el criterio europeo que asume el descontrol asciende a los 250 casos–. Illa, más y más tenso con el paso de los minutos, no ha reservado reproches: «Estamos aquí porque alguien ha querido que estemos aquí».