La Policía de Eslovaquia ha informado este miércoles de que en el verano pasado avisó a las autoridades austríacas de que el autor del atentado islamista del pasado lunes en Viena –en el que murieron cuatro personas– intentó comprar munición en una armería eslovaca, aparentemente sin el permiso correspondiente.
En contexto: las autoridades austríacas han identificado al autor del atentado como Kujtim Fejzulai, nacido en Viena de padres albanomacedonios y que ya había sido condenado a 22 meses de cárcel por querer sumarse al grupo yihadista Estado Islámico en Siria. Ese grupo terrorista asumió anoche la autoría del atentado a través de uno de sus canales de propaganda. El joven de 20 años constaba también en los registros de islamistas radicales de la policía pero no se le consideraba una amenaza a la seguridad.
«La Policía eslovaca obtuvo información en verano de que los sospechosos procedentes de Austria trataron de comprar munición en nuestro territorio», informa un mensaje público de las fuerzas de seguridad eslovacas.
Aunque tanto el atacante como otra persona que lo acompañaba no consiguieron comprar la munición deseada –según la prensa austríaca porque no tenía el permiso de armas requerido– la Policía eslovaca envió «información de forma inmediata a los colegas austríacos», según ha confirmado a Efe la Policía eslovaca. Las fuerzas de seguridad eslovacas no han querido precisar nada más para no entorpecer la investigación en Austria.
El autor del atentado sembró el terror durante nueve minutos en el centro de Viena con un kalashnikov, una pistola automática y un machete, matando a cuatro civiles, además de dejar heridos a otra veintena de personas –entre ellas un agente– hasta que la Policía logró abatirlo a las 20.09 horas del lunes.
El ministro del Interior, Karl Nehammer, avanzó que se reformará la revisión de los permisos a extremistas islamistas después de que el atacante hubiera salido antes de prisión por su buen comportamiento y por seguir un programa de desradicalización. El ministro destacó que el simpatizante del EI no solo salió antes de la cárcel, sino que engañó a todos los supervisores sobre sus verdaderas ideas radicales y su disposición a la violencia.