Dominic Cummings, principal asesor del primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, y el cerebro tras la campaña del referéndum del Brexit[contexto id=»381725″] en 2016, ha presentado su dimisión con efecto inmediato, según han informado este viernes los medios británicos.
En contexto: la renuncia de Cummings llega un día después de que el director de comunicación del Gobierno y uno de sus más estrechos colaboradores, Lee Cain, presentara también su dimisión. La crisis interna se precipitó tras filtrarse a la prensa que Cain optaba a ser el nuevo jefe de gabinete de Downing Street, un influyente cargo que según especula el diario The Telegraph podría recaer finalmente en el exministro de Economía Sajid Javid.
Las televisiones han divulgado imágenes de Cummings abandonando el número 10 de Downing Street, residencia oficial del jefe de Gobierno, llevando una gran caja de cartón.
Breaking news: Dominic Cummings, Boris Johnson's chief adviser, has resigned from his Number 10 job with immediate effect, according to reports.
This was Mr Cummings leaving Downing Street in the last hour carrying a box.https://t.co/tY3atu7l6s pic.twitter.com/QG1uQHA5dP
— ITV News (@itvnews) November 13, 2020
Diversos diputados del Partido Conservador han celebrado la marcha del todopoderoso asesor, que había logrado una enorme influencia en el Gobierno de Johnson a pesar de que no ser miembro de la formación.
Entre los tories que han celebrado la marcha de Cummings está el diputado Roger Gale, quien ha afirmado en declaraciones a Sky News que el antiguo jefe de la campaña «Vote Leave» a favor del Brexit se había convertido en una «distracción» en el Gobierno. Su «maligna influencia en el centro de Downing Street» ha durado «demasiado», ha considerado Gale. «Es una oportunidad para reiniciar el modo de operar del Gobierno» y para «enfatizar algunos valores» del Partido Conservador en las acciones del Ejecutivo, ha dicho.
A lo largo de los años, Cummings se ganó muchas enemistades entre altos funcionarios por su deseo de remodelar la función pública y entre miembros del Partido Conservador que lo acusaban de tomar las decisiones en lugar de Johnson.
Cummings lideró la estrategia comunicativa de la campaña a favor del Brexit, ganada gracias a una controvertida ofensiva centrada en las redes sociales que le permitió llegar a los británicos habitualmente desinteresados por la política y que generalmente no votan.