El servicio secreto del Ejército alemán (MAD) investiga la presunta presencia entre su personal de militantes de los llamados «Reichsbürger» -«Ciudadanos del Reich»-, ultraderechistas que no reconocen como Estado a la Alemania actual.
Por qué es importante: los Reichsbürger –con unos 19.000 militantes según estimaciones de 2019 de los servicios secretos de Interior– no reconocen el Estado alemán actual ni, por tanto, su sistema jurídico, fiscal, Gobierno, Parlamento, policía o demás estamentos. El movimiento se consideraba marginal y sin una estructura clara, ya que está diversificado en varias hermandades sin conexiones entre sí. Sin embargo, en los últimos tiempos han crecido al menos en impacto mediático y han ganado presencia entre los movimientos contrarios a las restricciones por el coronavirus[contexto id=»460724″].
«En el Ejército alemán no hay espacio para extremistas. Ni entre los soldados ni, por supuesto, entre su personal civil», ha afirmado un portavoz del Ministerio de Defensa tras confirmar las investigaciones abiertas por «sospechas» de pertenencia a ese movimiento. Los sospechosos pertenecen al departamento regional de Ulm (Baviera) y entre ellos figura su jefe, han informado esas fuentes.
La ministra de Defensa y líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Annegret Kramp-Karrenbauer, se ha comprometido a llegar hasta el fondo de la cuestión e investigar cualquier extremismo en el ejército, incluido el Servicio de Protección Militar o MAD. Las investigaciones en el seno del MAD se iniciaron a finales de 2019 y siguen «en curso», ha informado el portavoz de Defensa.
La propia ministra forzó recientemente la jubilación anticipada del jefe de la inteligencia militar, responsable de la lucha contra la ultraderecha dentro del ejército. Su salida se interpretó como que no había estado a la altura de los resultados que se esperaban de él en su cometido.
El Gobierno alemán reconoció este julio, tras un estudio de dos meses, ciertos elementos de «radicalización y extremismo» de ultraderecha dentro de la Bundeswehr y decidió disolver una de las dos compañías de las Fuerzas Especiales (KSK), foco principal de esas tendencias radicales. En 2017, el Ministerio de Defensa confirmó que tenía abierto expediente a 291 efectivos por presuntas conductas ultraderechistas y que había expulsado por este motivo a tres personas en ese año.