Editorial. 'Cortina de humo'
Un asunto ocupa hoy, por encima de todos, las portadas, las tertulias y los editoriales de los medios de comunicación. Se trata del chat en el que una serie de militares retirados hablan de “fusilar” al Gobierno, a sus socios parlamentarios y a todos aquellos ciudadanos que les han votado, hasta 26 millones de españoles.
Se trata de unas palabras sin duda condenables y que no pueden tener cabida en una sociedad democrática, más cuando fueron escritas por aquellos cuyo deber es, tal y como reza la Constitución, “garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”.
No obstante, estamos hablando de una conversación privada e informal entre un grupo de jubilados, un hecho cuya importancia palidece al lado de lo que ocurrió ayer en el Congreso de los Diputados. El Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias logró la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y lo hizo gracias al apoyo de varios partidos, entre ellos EH Bildu.
La portavoz de la formación abertzale en el Congreso, Mertxe Aizpurua, al anunciar su apoyo a las cuentas públicas, proclamó que a partir de ahora su partido sería “mucho más exigente con el Gobierno”. Teniendo en cuenta que ese mismo día el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, pidió un “referéndum pactado” por el “derecho a decidir”, no se antoja difícil adivinar por dónde irá encaminada la exigencia de los herederos de Batasuna.
Por tanto, es preciso preguntarse: ¿por qué muchos medios, por no hablar de la plana mayor del Gobierno, parecen conceder mayor importancia a unos mensajes intercambiados a vuelapluma entre cuatro nostálgicos que al hecho de que Bildu vaya a participar, en palabras del vicepresidente Iglesias, de la “dirección del Estado”?
Ya lo dijo ayer el portavoz adjunto de ERC, Gabriel Rufián: los enemigos de España se felicitan ante el inicio de una “nueva era”. Los defensores de la Constitución harían bien en reflexionar y actuar en consecuencia.