El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha dicho este martes que planeaban asesinarlo el domingo pasado, cuando el país celebró elecciones legislativas, y ha acusado al mandatario colombiano, Iván Duque, de estar detrás de este supuesto plan.
En contexto: Maduro ha denunciado más de 40 planes magnicidas desde que asumió el poder en 2013 y en casi todos señala como presuntos responsables a gobernantes y dirigentes políticos de Estados Unidos y Colombia.
«Por fuente de inteligencia colombiana, de muy buena confiabilidad, (nos enteramos) de que estaban preparando un atentado para asesinarme el día de las elecciones», ha dicho el mandatario en una rueda de prensa en Caracas. Maduro ha asegurado además que estas informaciones, que las autoridades de su Gobierno fueron «confirmando», apuntan que el plan se tejió desde la sede del Ejecutivo colombiano.
«Desde la Casa de Nariño, Iván Duque participó para intentar asesinarme el mismo día de las elecciones«, ha proseguido. El gobernante venezolano ha explicado este supuesto plan al ser consultado por las razones para cambiar su centro de votación el mismo día de la contienda. «Yo tomé mis precauciones legales con el Consejo Nacional Electoral (CNE), tomé mis precauciones de seguridad y todo este asunto está en fase de investigación avanzada», ha añadido.
Consultado sobre la supuesta presencia de disidentes de la guerrilla colombiana FARC, ha respondido que la posición de su Gobierno sigue siendo la misma: «No aceptamos ni aceptaremos ningún grupo armado de Colombia en suelo venezolano».
El mandatario ha señalado que desde hace años ha habido una campaña antigubernamental para denunciar la presencia de estos grupos en el territorio nacional pero, ha insistido, «las armas de la República solo pueden ser usadas por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB)».
«El mensaje para ellos (paramilitares) siempre ha sido muy claro, no toquen suelo venezolano (…) cualquier grupo será capturado y se le aplicará todo el peso de la ley», ha subrayado.
Maduro ha recordado que Venezuela y Colombia comparten una frontera de más de 2.000 kilómetros, por los que se «mueven» narcotraficantes y contrabandistas, una situación que, ha asegurado, es contenida por las autoridades locales.