Casi la mitad de las democracias del mundo —un 43%— han aplicado algunas restricciones de los derechos básicos «ilegales, desproporcionadas, indefinidas o innecesarias» para afrontar el coronavirus, según el Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional)
Lo más importante: otro motivo de preocupación han sido los abusos de poderes especiales con los que algunos gobiernos se han dotado para combatir la pandemia de manera más eficaz. Desde IDEA Internacional han mencionado la problemática de mantener esos poderes de emergencia en el tiempo, como en Filipinas, donde está previsto que su vigor sea de año y medio.
El informe Estado Global de la Democracia 2020 hace un balance y repaso de cómo ha afectado la pandemia[contexto id=»460724″] a los derechos humanos y el estado de derecho en todo el globo. Así, han señalado que países como Nueva Zelanda o Finlandia son un ejemplo de democracias que «han respondido de una manera eficaz a la pandemia sin sacrificar las libertades».
Según el secretario general de IDEA Internacional, Kevin Casas-Zamora, han sido varios puntos los que se han visto intensificados en los estados democráticos durante la crisis sanitaria del coronavirus. Entre ellas ha destacado la desinformación sobre el virus, la corrupción, la discriminación de minorías y la violencia de género.
En este último punto, desde el organismo internacional, han incidido que la pandemia ha afectado particularmente a las mujeres en varios aspectos, desde la violencia machista durante el confinamiento obligatorio, pasando por la exposición al virus al ser la mayoría personal de salud con más riesgo de contagiarse y terminando por la precariedad laboral al haberse visto reducidos los trabajos domésticos.
En palabras de Casas-Zamora, al principio de la pandemia preocupaba la «dislocación del calendario electoral» y el aplazamiento de algunas elecciones. Sin embargo, este punto ha sido uno de los menos problemáticos. Según la organización, este momento histórico ha servido para que el mundo aprenda a organizar elecciones más seguras desde un punto de vista sanitario.
El informe ha mencionado acontecimientos positivos que la pandemia, combinada con otros factores, ha traído como el surgimiento de procesos de apertura democráticos en países como Bielorrusia, Tailandia y Kirguistán; impulsados por las protestas populares. La otra cara de la moneda, a la que se ha referido Casas-Zamora, es el caso de Etiopía donde el proceso de apertura ha quedado truncado por la crisis.
Una prueba de fuego de los efectos de la pandemia va a ser la distribución de las vacunas. Casas-Zamora ha subrayado que en América Latina, la zona del mundo más afectada por la pandemia, puede darse que las vacunas no se repartan primero a los más vulnerables sino a los privilegiados, debido a sus estructuras sociales marcadas por la desigualdad.