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Lo que mal empieza, mal acaba, por Rosa Díez

Lo que mal empieza, mal acaba, por Rosa Díez

A una le gustaría comenzar el año transmitiendo ilusión y optimismo. Pero hay una diferencia sustancial entre la ilusión y el ilusionismo. La ilusión es una expectativa, una esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo; el ilusionismo es un arte escénico, un espectáculo de habilidad e ingenio que consiste en producir artificialmente efectos en apariencia maravillosos. La ilusión se volatiliza cuando no se cumple la expectativa; el ilusionismo permanece tanto tiempo como el embaucador pueda  mantener el engaño.

Pongamos un ejemplo práctico: ilusión es lo que sentimos todos los españoles cuando nos anunciaron que a partir del día 27 de diciembre empezarían a administrarse las vacunas en toda España; ilusionismo es la fotografía de los contenedores de vacunas envueltos en la sábana/pegatina del Gobierno de España. Así que vamos a intentar desenmascarar al embaucador, empezando por constatar que aun sin finalizar la primera semana del año nuevo ya hemos comprobado que en lo que del caudillo dependa el año no será bueno.

En los albores del nuevo año España se consagra como uno de los pocos países de la UE en el que se desconoce el número de vacunas distribuidas, el número de vacunas suministradas, el número de vacunas en stock. España es el único país de la UE en el que los criterios de adjudicación de vacunas a los distintos niveles territoriales  son desconocidos, lo que provoca que algunas administraciones desconfíen de que les lleguen nuevas remesas y no utilizan todas las vacunas para garantizar que tendrán las segundas dosis disponibles cuando transcurran las tres semanas desde que se suministró la primera al paciente.

Y por eso de que lo más importante para un totalitario es que se note quién manda, su excelencia el caudillo Sánchez se ha permitido la arrogancia de designar candidato al Ministro de Sanidad, que ha comenzado a hacer campaña electoral mientras se incrementan los contagios y algunos hospitales comienzan a avisar de riesgo de colapso.

En la primera semana del año siguen los procesos judiciales y las condenas y/o imputaciones por corrupción contra dirigentes y/o uno de los dos partidos del Gobierno del ilusionismo y de la sábana/pegatina.

En la primera semana del año conocemos que el déficit será el mayor de la historia de la democracia, mayor aún que el que logró Zapatero con sus ilusionismos y sus carteles del Plan E.

En la primera semana del año conocemos que Marlaska se ha convertido en el  más acreditados limpiador de escenas de crímenes, y ha conseguido en solo unos meses liquidar el instrumento de la dispersión de terroristas, el último rastro que quedaba del Plan por las Libertades y contra el Terrorismo. Todo ello a la vez que los asesinos son recibidos por los “patriotas y valientes” amigos del caudillo con vítores y homenajes, con humillación a las víctimas y desprecio a su memoria y dignidad.

En la primera semana del año se confirma que el caudillo Sánchez está listo para proceder a indultar a los golpistas. “Aliviar tensiones”, le ha llamado el subalterno Ábalos a sacar de la cárcel a unos delincuentes que prometen reincidir.

En la primera semana del año y ante el patético y cobarde silencio del caudillo, Marruecos mantiene la reivindicación de la soberanía sobre Ceuta y Melilla. Desde que el otro caudillo estaba en su lecho de muerte nunca Marruecos se atrevió a tanto…

En la primeras semana del año se confirma que la negociación entre España y el Reino Unido sobre Gibraltar fue una chapuza, una de mínimos para mantener la ficción, una bajada de pantalones del caudillo y su séquito.

En la primera semana del año se confirma que los muertos por la Covid19 superan los ochenta mil, a pesar de lo cual el caudillo se muestra muy satisfecho de su gestión en la soflama de fin de año.

En la primera semana del año se constata que España es la única potencia europea que no publica el número de vacunados y que al ritmo actual tardaría cinco años en inmunizar a toda su población. Claro que si el caudillo Sánchez oculta el número de muertos para que no sepamos que España encabeza ese ranking macabro es lógico que oculte el numero de vacunados para que no sepamos que en este ranking vamos a la cola. Aunque somos el único país que envuelve las vacunas en sábanas/pegatina.

La primera encuesta del año nos dice que dos de cada tres votantes del PSOE rechazan los indultos a los golpistas y los pactos con los bildu etarras. Pero el caudillo confía en que sus campañas de demonización de “la derecha” habrán hecho efecto y, al igual que entre los afiliados de su partido, el odio a “la derecha” es mayor que el odio a los asesinos de 850 de nuestros conciudadanos y a quienes promovieron un golpe contra la democracia.

Y para postre, adelantándose a la noche de Reyes, llegan  los datos del paro, los peores de la historia desde que hay estadísticas. Y eso que no se cuentan los más de setecientos cincuenta mil españoles que están en un ERTE, muchos de ellos sin cobrarlo aún, por cierto.

Todo esto y el año no ha hecho más que empezar… Pero qué se puede esperar de un gobierno de mentirosos reincidentes, un gobierno de irresponsables, de chulos y de hipócritas; un gobierno anti España que se crece con el dolor y el miedo de los españoles. Amigos míos, más nos vale que tomemos conciencia de que a esta mediocre y mala gente es a la que debemos enfrentarnos si queremos que el 2021 no se convierta a otro año para olvidar. Mi única esperanza es que estemos ya llegando a ese punto de no retorno en el que a la gente de bien no le quede otro remedio que unir sus fuerzas para mandar al caudillo Sánchez y a toda su tropa al baúl de la crónica más negra de España.

Que así sea.

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