“Yo he visto cosas que no creeríais” es una frase muy útil.
Y ahora que hay tanto indignado con el espectáculo que han dado los trumpistas en el Capitolio, dan ganas de usarla.
Yo he visto cosas que no creeríais:
A unos Jordis chulescos, subidos a un jeep destrozado de la guardia civil, arengando a una turba que hace huir por los tejados a una secretaria judicial.
He visto a esa misma turba, “apretada” por Torra, asaltar el parlamento de Cataluña y vi cómo hacían recular a unos mossos que se encerraron en el interior durante más de veinte minutos hasta que llegaron refuerzos.
A Arrimadas, a Carrizosa y a otros valientes salir de allí entre gritos e insultos.
Al PSOE de Andalucía contratar autobuses para rodear el parlamento el día que acabó su régimen de cuarenta años…
“Rodea el Congreso”, decían.
El Parlamento es un lugar sagrado.
Al menos, lo era.
Recuerdo, durante la época del rodeo podemita, haber salido de allí entrada la noche y enfilar entristecido varias manzanas acordonadas por la policía hasta la calle atocha. De ahí a casa. Y al amanecer, al Congreso de nuevo. Atravesaba controles de policía y bajaba la mirada ante algunos grupos, no fuera a liarse parda.
El último día de aquella investidura fue el peor. Acabó con un grupo de nosotros en la tercera planta del Congreso. Comentábamos la jornada junto a algunos compañeros -como Begoña Villacís- que se habían acercado a ver la sesión. Pronto nos avisaron de que el ambiente se estaba caldeando abajo, frente a la puerta de la calle Cedaceros.
Allí estábamos Marta, Begoña, Melisa, Félix, Guillermo, Patricia, Saúl, Sergio, Pepe, Luis, José Luis, Miguel…un grupo parlamentario que siempre recordaré como uno de los mejores equipos que he conocido en toda mi vida.
Pensábamos qué hacer. Por dónde salir.
Se oían gritos y nos decían que estaban lanzando objetos a los diputados y a todo el que traspasaba aquella puerta.
Errejón e Iglesias se habían unido unos minutos antes para darse un baño de masas y encender aún más a la turba.
Así que pensé en voz alta: ¿salimos por la del garaje?
Y Villacís de mis amores me dio una lección que todavía recuerdo.
“Si salimos por la otra puerta, esos han ganado”
Pues claro que si, coño. Pensé. Y para allá que nos fuimos.
Con los puños apretados y unas bromas nerviosas nos repartimos en los dos ascensores. Y antes de salir a la calle nos agrupamos, dándonos ánimos para salir a paso ligero.
Como cuando te preparas a atravesar un aguacero.
Melisa grabó un vídeo que demuestra que no miento.
Ese día vi a una turba que nos gritaba e insultaba. Respiré un odio tribal. Llovían monedas, mecheros y latas de bebida.
Daba miedo, créanme. Estoy seguro de que si no fuera por la policía, nos habrían linchado allí mismo.
Así que a toda la izquierda y al nacionalismo que se escandaliza por lo ocurrido en el Capitolio:
Sois lo mismo que ellos. Un auténtico peligro para la democracia.
Me da lo mismo un cateto con la bandera confederada que un hortera catalán con modelito estelado. El de los cuernos, que el casposo de Iglesias. La pija americana, la catalana o el niñato Errejón. El vaquero armado hasta los dientes o el terrorista de Otegi. Sois todos la misma basura.
El verdadero y único peligro que afronta mi querida España.