Troitiño fue responsable, entre otros, del atentado de la plaza de la República Dominicana, en Madrid, en el que perdieron la vida doce guardias civiles
Madrid, 1986. Los años de plomo del terrorismo de ETA. El 14 de julio, un convoy de estudiantes de la Escuela de Tráfico de la Guardia Civil fue objeto de un brutal atentado de la banda terrorista cuando pasaba a la altura de la plaza de la República Dominicana. Doce cadetes del Instituto Armado, de entre 18 y 25 años, murieron y otras sesenta personas resultaron heridas. Los responsables del comando que perpetró el ataque fueron Iñaki de Juana Chaos y Antonio Troitiño Arranz.
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Pues es precisamente el etarra Troitiño, que activó la carga explosiva aquel día, quien saldrá de la cárcel próximamente después de que la Audiencia Nacional, con el beneplácito de la Fiscalía, haya decretado su excarcelación por «razones humanitarias y de dignidad personal». El motivo es que el terrorista sufre un cáncer que los médicos han diagnosticado como incurable, por lo que Troitiño saldrá de su centro penitenciario para recibir cuidados paliativos.
Al hilo del artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario el juez Castro ha decretado su excarcelación atendiendo a “la situación médica actual [del preso], las circunstancias, que el tratamiento sea paliativo, el tiempo de cumplimiento de condena, la edad fisiológica del penado, así como el hecho de que la organización terrorista a la que pertenece el interno se encuentra derrotada y ha declarado su final definitivo avalan la valoración de no reincidencia”.
Además del atentado en la plaza de la República Dominicana en Madrid, Troitiño fue juzgado culpable del asesinato de un carnicero en Irún, en 1983; de la muerte de tres militares, entre ellos un coronel y un vicealmirante, y de un artificiero de la Policía, en 1985; del asesinato de cinco guardias civiles, un soldado, del teniente coronel Carlos Vesteiro y del comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas, en 1986. Además, ese mismo año trató sin éxito de acabar con la vida del entonces fiscal general del Estado, Luis Antonio Burón Barba.