La rama terrestre de las Fuerzas Armadas reforzará su cuerpo sanitario y su policía militar para estar listo ante el desarrollo de la epidemia
El Ejército de Tierra se ha marcado como objetivo para este 2021 reforzar sus capacidades sanitarias y de desinfección, así como de policía militar, para «responder mejor a las necesidades actuales» creadas por la pandemia del coronavirus.
Este es uno de los propósitos dispuestos por el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), el general Francisco Javier Varela, para un año «marcado por una tercera ola de la pandemia».
«Tras evaluar detenidamente las enseñanzas obtenidas durante nuestra actuación frente a la pandemia, hemos identificado las capacidades que debemos priorizar de forma inmediata», indica el JEME.
En este sentido, informa de que ya se está reforzando su cuerpo de sanidad y sus capacidades NBQ (Nuclear-Biológica-Química), para mejorar en la lucha contra el virus tanto desde el punto de vista sanitario como desde la desinfección, y se está aumentando también la policía militar.
Además, el Ejército de Tierra continuará con su proyecto Fuerza 35, que se fija el 2035 como año para culminar una transformación de la estrategia de defensa y seguridad, basada en desarrollos tecnológicos como la robótica, el «big data» o la inteligencia artificial.
«Nuestros esfuerzos no solo irán dirigidos a la experimentación con nuevos materiales de alta complejidad tecnológica, sino también a la incorporación de procedimientos en desarrollo, que nos permitan operar con eficacia en un entorno cada vez más volátil», informa el general.
Y añade que «si bien la situación económica habrá de adecuarse a los tiempos que vivimos, no vamos a renunciar a nuestras aspiraciones de poder participar en programas estratégicos para la Defensa«.
El capital humano, dice Varela, «seguirá siendo el centro de gravedad» de la organización, en busca de «una nueva mentalidad, presidida por un modelo de liderazgo basado en el ejemplo y apoyado en nuestros valores, que fomente la iniciativa a todos los niveles».
«Somos conscientes que, en los momentos de crisis, las actuaciones de nuestros hombres y mujeres son más cercanas y visibles y, por ello, hemos podido ganarnos los corazones y las mentes de nuestros conciudadanos«, reflexiona sobre 2020, en el que sus militares han tenido gran presencia social con la operación Balmis de lucha contra el virus, que continúa ahora con la misión Baluarte.
«En el año 2020 fuimos capaces de poner a disposición de las autoridades civiles el 100% de nuestras capacidades, así como sostenerlas durante 98 días», recuerda Varela.
Para ello, tuvo que adaptarse a la situación con tres líneas de actuación: «Estar más y mejor preparados para afrontar crisis similares a la COVID-19, garantizar las condiciones mínimas de vida y trabajo en nuestras unidades y preservar las capacidades operativas esenciales, el liderazgo y la formación en valores».
«Esperamos que, a lo largo del año que comienza, podamos volver, progresivamente, al ritmo de actividades de instrucción y adiestramiento habitual», desea el JEME.
Y concluye que, «en definitiva, el Ejército de Tierra no dejará de aprender, innovar, mejorar y mirar al futuro, sabedores que en nuestro empeño, contamos con el apoyo de la sociedad a la que servimos».