El Gobierno prometió que esta cifra llegaría al 70% para ese momento, un dato con el que se alcanzaría la inmunidad de rebaño
En numerosas ocasiones, tanto el todavía ministro de Sanidad, Salvador Illa, como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han asegurado que para el verano el 70% de la población española habría recibido la vacuna contra el coronavirus. La realidad, sin embargo, se empeña de momento en contradecirles.
En este momento, en nuestro país hay 68.456 que estén inmunizadas, es decir, que hayan recibido ambas dosis de la vacuna y que hayan cumplido los días posteriores a la inoculación que permiten la generación de anticuerpos contra el virus.
Teniendo en cuenta esta y otras cifras, la revista estadounidense ‘Politico’ ha elaborado un estudio que habla de que España solo habrá vacunado al 19% de la población a la altura del verano y que el proceso de inmunización se completaría en septiembre de 2023, dentro de más de dos años y medio.
Sí conseguirá su objetivo el Reino Unido, que ha implementado una de las campañas de vacunación más rápidas del mundo. De hecho, los británicos, al ritmo actual, lograrían inmunizar a toda su población para el próximo mes de agosto, siendo el país europeo más precoz. España, según las previsiones, ocuparía el noveno lugar del continente a la hora de completar el proceso de inoculación.
En caso de querer cumplir con lo prometido, el Gobierno tendría que acelerar significativamente el ritmo de vacunación. En concreto, debería pasar de la media de 57.000 pinchazos diarios actuales a administrar 218.000 dosis diarias, lo que supondría multiplicar casi por cuatro la velocidad del proceso de inmunización.
El plan del Gobierno, «imposible»
En este sentido, el Ejecutivo central ha recibido numerosas críticas, las últimas por parte del consejero madrileño de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, que ha subrayado este lunes que es «imposible» cumplir con el plan de vacunación previsto por el Gobierno, en particular tras los sucesivos retrasos en la recepción de la vacuna de Pfizer y los recién anunciados problemas de producción de AstraZeneca.
El consejero ha explicado que desde que comenzó la campaña de vacunación “no ha habido semana que no hayamos tenido una incidencia. Llegan tarde o llega menos cantidad (de dosis)”, motivo por el que la región se ha visto obligada a suspender las previsiones de vacunación de los hospitales para el personal sanitario que trabaja en primera línea de COVID-19.