El hasta ahora ministro de Sanidad deja atrás más de 83.000 muertos, 2,6 millones de contagiados y una incidencia acumulada disparada
Este martes, Salvador Illa abandona su cargo al frente del Ministerio de Sanidad. Su legado es dramático. Con 56.208 muertos reconocidos oficialmente (el resto de indicadores de otras instituciones apuntan abrumadoramente a que la cifra real sería superior a los 83.000 fallecidos) y más de dos millones y medio de casos a lo largo de toda la pandemia, Illa se marcha, además, en el momento más crítico de la tercera ola.
Con 93.822 contagios y 767 muertos más desde el pasado viernes y con la incidencia acumulada en 884 casos por cada 100.000 habitantes, España se enfrenta a su mayor reto: reducir el contagio con suficiente rapidez para evitar el colapso del sistema sanitario.
Los hospitales están ya al límite. La ocupación media de las camas de UCI alcanza el 40,35%, con un total de 4.284 pacientes y más de 30.483 enfermos ocupan ya el 23,94% de las camas hospitalarias.
Las UCI, advirtió este lunes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, «no pueden soportar más de lo que están soportando». No vale con bajar la transmisión, urge hacerlo con rapidez.
Todos los indicadores van a peor desde la semana pasada, por mucho que Simón insista en que el pico ha pasado. En estas circunstancias, Salvador Illa se va para presentarse a unas elecciones, las catalanas del 14 de febrero, donde las encuestas le señalan como favorito.
La incidencia acumulada, disparada
Como comentábamos, Illa se va en el peor momento de la tercera ola, con 884 casos por 100.000 habitantes de media en España. Pero, además, algunas regiones de nuestro país alcanzan cifras escalofriantes, en algunos casos las peores de toda la pandemia, incluida la primera ola. Por ejemplo, Extremadura, Castilla y León, Murcia o la Comunidad Valenciana superan los 1.300 casos por cada 100.000 habitantes.
La cifra media española (884) no sale mucho mejor parada si se la compara con la de otros países europeos. Nuestro país ocupa el cuarto lugar en el continente en lo que a este parámetro se refiere, solo superado por Portugal (1.484), la República Checa (1.010) e Irlanda (926). Ni siquiera el Reino Unido (862), a pesar de la mayor transmisión de la cepa británica, está peor que España.