Sesión de control a la oposición
Es un hecho más que comprobado que el sueño de Sánchez es ser el caudillo de la España del Siglo XXI. No hay sino repasar las decisiones que ha ido tomando a lo largo de los dos años –dos, solo dos, y ya ha desmantelado una parte sustancial del entramado constitucional…-para confirmar la deriva despótica de su Gobierno.
Como desarrollo en mi nuevo libro: “La Demolición. La gran traición de Sánchez a la democracia”, Sánchez ha aprovechado los sucesivos estados de alarma para acelerar el proceso y transitar de un estado de Derecho con todas las garantías democráticas a un régimen totalitario en el que él pueda ejercer el poder sin ningún tipo de control. Él sabe que para lograr ese objetivo necesita suprimir de facto la separación de poderes y liquidar la potestad de controlar jurídica y políticamente los actos del Gobierno que la Constitución del 78 atribuye a la Justicia y al Parlamento.
Y en eso están, pues como ayer pudimos ver en el Congreso de los Diputados, Sánchez y los suyos han convertido la comparecencia de los miércoles del Gobierno en la sesión de control a la Oposición. Cuando quienes ocupan los bancos de la oposición interpelaron al caudillo sobre los desbocados datos de la pandemia y la relación que existe entre su inacción y el número de muertos e infectados de esta tercera ola; cuando le interpelaron sobre la ocultación de los datos reales con el objetivo de repetir el 14F en Cataluña lo que ocurrió el 8M en toda España, poniendo su agenda ideológica por delante de la vida y el bienestar de los ciudadanos ; cuando le exigieron que dejara de amparar a los enemigos de la democracia y garantizara la libertad de todos los partidos políticos para hacer campaña en Cataluña…, Sánchez tiró de insultos y descalificaciones globales y ejecutó a la perfección uno de los once principios de la propaganda de Goebbels, el que el publicista goebbeliano que trabaja a sueldo desde Moncloa le indicó que tocaba ayer: el principio de la transposición: “Cargar contra el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. O sea, la culpa de lo que ocurre la tiene cualquiera menos él y su sectario Gobierno.
Pero ahí no acabó todo. El mismo Congreso de los Diputados en el que Sánchez y su huido ministro Illa se niegan a comparecer para rendir cuentas sobre sus decisiones ( o a explicar la ausencia de ellas) para combatir la pandemia de la Covid19; la misma institución que decide tramitar por urgencia proyectos legislativos para privar a los órganos de la Justicia de sus facultades constitucionales; el mismo Congreso de los Diputados que desoye los requerimientos de las instituciones europeas para que respete la Justicia y a sus órganos; la misma institución que aplica su exigua mayoría para negarse a escuchar al CGPJ y sigue adelante con el proyecto sectario del Gobierno para eliminar la independencia de los jueces y sus órganos de gobierno, fue testigo de un acto esperpéntico en el que el Gobierno acaudillado por Sánchez despreció a quienes ejercían su derecho constitucional a controlar al Ejecutivo y se negó a dar explicaciones sobre el contenido del preceptivo informe que ha emitido el Consejo de Estado sobre el sistema de distribución de los Fondos Europeos que ha diseñado el publicista de la Moncloa.
Poco le importa a Sánchez faltar al respecto al órgano en el que reside la soberanía nacional. Él está decidido a repetir el modelo de Zapatero e implementar un nuevo y despilfarrador Plan E para comprar voluntades y entregar el dinero europeo a sus amigos y a sus cómplices de tropelías. Por eso y para ocultar no solo el informe sino su falta de vergüenza acusó de mentir a quienes le interpelaron sobre el crítico contenido de ese informe y alertaron sobre el hecho de que la decisión de Sánchez de repartir los fondos europeos sin transparencia ni ningún tipo de control puede poner en riesgo la llegada a España de esos fondos tan necesarios para reactivar la economía. Sánchez y sus adoctrinados ministros utilizaron en su réplica otro principio clave de la propaganda goebbeliana, el de orquestación: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, sin fisuras ni dudas”. Ya saben, aquello de que si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad. Suma y sigue.
El espectáculo que este miércoles se ha vivido en el Congreso de los Diputados muestra la soberbia y el despotismo de un gobernante que desprecia con idéntica intensidad a la oposición y a los órganos de control democrático; y demuestra cómo unos gobernantes sin escrúpulos, ayunos de principios, y borrachos de ambición de poder, han pervertido la función del Parlamento como paso previo para pervertir la propia democracia.
Solomon Asch, el pionero de la psicología social, decía que “la mente humana es un órgano para el descubrimiento de verdades, no de falsedades”. Si una mentira repetida mil veces termina convirtiéndose en verdad, repitamos la verdad las veces que sea preciso hasta que los felones que utilizan las instituciones para romper la convivencia entre españoles y demoler la democracia sean expulsados del poder que tanto idolatran.