Solo el PSC y Vox han sido capaces de crecer en sufragios, en unos comicios marcados por una abstención histórica
Las elecciones vividas este domingo en Cataluña han sido excepcionales por varios factores, pero el principal de ellos ha sido la abstención, que se situó en los niveles más altos de la democracia.
Teniendo en cuenta este factor, el balance de votos de cada partido es especialmente curioso, ya que varios partidos se han mantenido en escaños o incluso han crecido habiendo perdido decenas de miles de votos.
Es el caso, por ejemplo, de los dos grandes partidos independentistas, ERC y JxCat, que perdieron respectivamente 333.000 y 381.000 votos, pese a lo cual los republicanos suben un escaño y los antiguos convergentes solo bajan dos.
Algo parecido le ha ocurrido a En Comú Podem, que, a pesar de obtener 132.000 sufragios menos, ha mantenido sus 8 diputados en el Parlament.
Aquellos partidos cuya sangría en sufragios sí ha tenido un impacto significativo en el número de escaños son precisamente Ciudadanos y el Partido Popular. La formación naranja ha perdido casi un millón de votantes, lo que se ha traducido en una debacle de 30 escaños menos que en 2017. Desde el partido liderado por Inés Arrimadas, reconocen que no han sabido movilizar a su electorado.
Por su parte, el Partido Popular no ha podido aprovechar la enorme sangría de votos naranjas y a su vez ha perdido 76.000 apoyos. En el arco parlamentario, esto ha llevado al PP ha perder un escaño, un número importante teniendo en cuenta que supone un cuarto de los diputados que logró en 2017.
Los ganadores de la noche
Otra de las paradojas que deja esta jornada electoral marcada por la abstención es el resultado de la CUP. Los anticapitalistas perdieron seis mil votos y, sin embargo, han logrado más del doble de escaños pasando de 4 a 9.
Por último, solo ha habido dos formaciones que han ampliado su base pese a la histórica abstención. Se trata, por una parte, del PSC, que solo necesitó 44.000 sufragios más para casi duplicar sus diputados (de 17 a 33); y de Vox, que entró con tremenda fuerza en el Parlament gracias a sus 217.000 nuevos votantes.
