Los Mossos de Esquadra han detenido a Pablo Hasél hacia las 8:25 horas de este martes y lo han conducido fuera del rectorado de la Universitat de Lleida (UdL), donde había pasado la noche atrincherado. La detención de Hasel se ha producido después de que los agentes hayan identificado uno por uno a los activistas, que han rodeado al rapero para dificultar su arresto. Hacia las 09:00 horas el rapero Pablo Hasél ha ingresado en la prisión Ponent de Lleida para cumplir su condena de nueve meses por delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona.
En contexto: un fuerte dispositivo policial, formado por decenas de agentes de los Mossos y una veintena de furgonetas de la Brigada Móvil, se había desplegado a las 6:30 horas de este martes en las inmediaciones del rectorado para proceder a la detención de Hasél, cuyo plazo para ingresar voluntariamente en prisión finalizó el pasado viernes. Hasél se encerró este lunes en el edificio del rectorado de la Universidad de Lleida «para ponérselo a la Policía lo más difícil posible» ante su inminente detención y con el objetivo, según declaró a Efe, de visibilizar lo que considera como un «gravísimo ataque» contra las libertades.
Antes de entrar en el vehículo de los Mossos, que previsiblemente le llevará a dependencias judiciales para su posterior ingreso en prisión, el rapero se ha dirigido a sus partidarios y a los medios de comunicación que captaban el momento y ha gritado: «Muerte al Estado fascista».
Los Mossos han podido entrar en la Universidad de Lleida a primera hora de la mañana para proceder a la detención del rapero, condenado a nueve meses de prisión por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona, sin que se hayan producido «incidentes graves» y sin que haya constancia de heridos, ha informado a Efe un portavoz de la Policía de la Generalitat. La Policía ha podido sortear con facilidad las barricadas que habían situado en las entradas del edificio el medio centenar de activistas encerrados junto a Hasél en el rectorado, que han sido arrinconados por los agentes para proceder a la detención del cantante.
Los activistas se han refugiado en la tercera planta del edificio mientras lanzaban algunos objetos a los agentes, aunque finalmente han sido encapsulados por los policías, que han procedido a su identificación. En el interior del edificio se encontraban también numerosos periodistas y reporteros gráficos que han pasado la noche junto a los activistas y el propio Pablo Hasél.
Este lunes, la Audiencia Nacional volvió a rechazar la suspensión de la ejecución de la condena de nueve meses de cárcel a Hasél, al recordar que en 2017 fue condenado por un delito de resistencia o desobediencia a la autoridad, y en 2018 por allanamiento de local.
«Con este historial delictivo resultaría absolutamente discriminador respecto de otros delincuentes, y también una grave excepción individual en la aplicación de la Ley, totalmente carente de justificación, la suspensión de la ejecución de la pena a este penado», argumenta el tribunal. Y añade que «las campañas en su favor que pudieran haber orquestado algunas personas no pueden determinar la inaplicación de la ley vigente, sino su eventual modificación por el Parlamento».
Según han informado fuentes penitenciarias, Hasel ha sido internado en el módulo de ingresos de la cárcel de Ponent, donde una vez identificado se le practicará la prueba PCR -preceptiva para todos los reclusos-, además de los correspondientes cacheos. En los próximos días será evaluado por los técnicos que deben proponer su clasificación penitenciaria, para lo que la junta de tratamiento de la cárcel dispone de dos meses de plazo como máximo.
Aunque lo habitual es que los reclusos que no sean considerados peligrosos sean clasificados inicialmente en segundo grado, a la espera de posteriores progresiones, nada impide que Hasél pueda acceder directamente a la semilibertad, lo que le permitiría salir de la cárcel a diario y solo regresar a dormir, de lunes a jueves.