A pesar de no cuestionar el liderazgo de la número uno del partido, los dirigentes de Cs consideran que Arrimadas debería ampliar el círculo de poder
Dirigentes de Ciudadanos (Cs), convocados de urgencia tras el hundimiento del partido en Cataluña, han mostrado su malestar durante la reunión del comité ejecutivo, han pedido cambios y la dimisión del director de la campaña, Carlos Cuadrado, pero no han cuestionado el liderazgo de Inés Arrimadas.
Uno de los que ha pedido que Cuadrado abandone su cargo ha sido el coordinador autonómico de la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, mientras que otros se han limitado a criticar duramente la estrategia seguida en Cataluña y al equipo de campaña, del que también forma parte el vicesecretario adjunto, José María Espejo.
Entre ellos, la vicealcaldesa de la capital, Begoña Villacís, y la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Ribera, según han asegurado que ha durado cinco horas.
Otros dirigentes han cerrado filas en torno a Arrimadas, que apenas lleva un año al frente del partido, por considerar que los malos resultados se veían venir, quizá no tan malos, pero, en todo caso, no creen que sea el momento de que ahora dimita todo el mundo y haya que empezar de nuevo.
No ven que sea una actuación responsable aunque piensan que sí se puede aprovechar esta derrota para darle una vuelta a la manera en que el partido toma las decisiones, por ejemplo, ampliando un poco más el círculo de poder de Arrimadas, la ejecutiva permanente, que integran en total seis personas.
La reunión ha sido muy intensa y con muchas intervenciones para analizar el desastre de ayer y, por ahora, Arrimadas, según ha dicho este lunes, descarta dimisiones, tampoco la suya, porque no considera que eso aporte solución alguna a los malos resultados de Cs, que se ha dejado 30 escaños en los comicios hasta quedarse en seis.
De ser la primera fuerza política ha pasado a la penúltima y ha sido superada por Vox, que ha escalado de la nada a once diputados.
Una debacle equiparable a la de las últimas generales del 10 de noviembre de 2019 y que llevó a la mayor parte de la cúpula de Cs, con Albert Rivera a la cabeza, a dejarlo.
Otras voces críticas en Cs que no son miembros de la dirección han puesto de relieve que no se haya hecho autocrítica y se haya echado toda la culpa de la debacle electoral a la abstención récord (un 46,44 %) cuando también hay que analizar otros factores y por eso han pedido también cambios de estrategia y de equipos.
Un poco más allá ha ido la corriente Renovadores Cs, que ha exigido renovación en el liderazgo nacional y de Cataluña, refiriéndose a Arrimadas y a Carrizosa, aunque sin mencionarlos.
Esta plataforma fue promovida por el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, que no forma parte de la ejecutiva, para impulsar su candidatura en las primarias frente a Arrimadas, aunque en el caso de las elecciones catalanas él se ha limitado a pedir a la dirección que reflexione con inteligencia.
Algunos dirigentes naranjas de los 36 que conforman el comité ejecutivo han asistido de manera telemática pero muchos han acudido presencialmente, entre ellos el candidato a las elecciones catalanas, Carlos Carrizosa; los vicepresidentes de Madrid, Ignacio Aguado, y de Andalucía, Juan María; y la vicealcaldesa de la capital, Begoña Villacís.
También han ido los coordinadores de la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, y Aragón, Daniel Pérez o la consejera de Cultura de Madrid, Marta Rivera, pero ninguno de ellos ha querido hacer declaraciones y se han limitado a señalar que lo que tengan que decir lo harán en la reunión.
Mañana se reunirá exclusivamente la ejecutiva permanente para valorar todo lo que se ha dicho esta tarde y aquellos que más han alzado la voz durante la reunión confían en que Arrimadas no se enroque y haga algún movimiento porque, si no lo hace, advierten, el partido estará en peligro de extinción, han señalado estas fuentes, y no será capaz de remontar esta nueva crisis que han abierto las elecciones catalanas.