El partido aún tiene por pagar 11 millones de euros del préstamo que firmó por la compra del edificio, hipotecado hasta 2036
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, anunció este martes que la formación abandonará su sede de Génova después de casi cuarenta años. El motivo que dio el líder de los populares es que, a su juicio, no deben seguir «en un edificio cuya reforma se está investigando».
Casado espera con este movimiento romper con el pasado reciente del partido, marcado por la corrupción. Sin embargo, la jugada deberá sortear un contexto económico complicado.
Cuando el PP llegó al número 13 de la calle Génova en 1983, empezó siendo inquilino de Mapfre propietaria del edificio. Sin embargo, el partido optó en 2006 por adquirirlo en propiedad, una operación por la que pagó a la aseguradora 46 millones de euros.
La mayor parte de ese montante, 37 millones, fueron financiados a través de un préstamo que el PP firmó con Banesto (actualmente parte del Banco Santander), de los que todavía tiene pendientes de pagar unos 11 millones. La sede de Génova, por tanto, está actualmente hipotecada hasta el vencimiento de ese préstamo, fijado en 2036.
Una herencia envenenada
Pero no es este el único gasto relacionado con el emblemático edificio. Y es que el PP se gastó 6 millones de euros en reformas entre 2006 y 2009. Estos trabajos de remodelación fueron encargados a la constructora Unifica, que, según apunta la instrucción judicial, habría cobrado parte de sus honorarios en negro, procedentes de la famosa Caja B del partido.
Precisamente estas semanas se está desarrollando el juicio por esta trama, que ha sentado al extesorero del PP Luis Bárcenas en el banquillo.
A este maltrecho balance económico se suma el hecho de que los resultados electorales de los populares se han visto seriamente mermados en los últimos años en términos de número de escaños. Esto que supone una significativa disminución de las subvenciones públicas que llegan a las arcas del partido.