Centenares de birmanos han vuelto este lunes a salir a las calles para manifestar su rechazo contra el golpe de Estado, del que se cumple hoy un mes, y tras la sangrienta represión policial de la víspera que dejó al menos 18 muertos.
Por qué te lo contamos: desde que los militares tomaron el control del país con un golpe de Estado hace un mes, al menos 30 personas han muerto a raíz de la violencia desatada tras la asonada en Birmania, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP). Una veintena de personas perdieron la vida solo el domingo durante la violenta represión de las fuerzas de seguridad, que dispararon con munición real a los manifestantes desarmados, entre los que alrededor de 200 resultaron heridos.
Algunas personas en primera línea se protegían con cascos de plástico y rudimentarios escudos para desafiar un día más a las autoridades, que ayer dispararon munición real en al menos siete ciudades contra el movimiento pacífico de oposición.
«Devolvednos la democracia» o «Abajo el régimen militar», son algunas de las proclamas que entonan los manifestantes, quienes prometen «luchar hasta el final», conforme a los vídeos de medios locales que retransmiten en directo las protestas.
Este lunes, la Policía lanzó botes de gas lacrimógeno en las calles de Rangún, antigua capital y ciudad más poblada, que el domingo se tiñó de sangre al morir al menos un manifestante tras ser alcanzado por los tiros efectuados por las autoridades. Varios medios locales informan además del despliegue sobre el terreno de militares en tareas de apoyo a la Policía.
La Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) en Birmania indicó en su última actualización que durante el domingo se registraron víctimas mortales en al menos las ciudades de Rangún, Mandalay, Dawei, Bago, Magwe, Pakokku y Kyaukse, además de 200 personas que resultaron heridas.
Con las muertes del domingo se elevan a 30 las víctimas mortales, conforme a las cifras de AAPP, a raíz de la violencia desatada tras el golpe de Estado militar del 1 de febrero. Los manifestantes también exigen la liberación de todos los detenidos por los militares desde la sublevación, entre ellos la depuesta líder del gobierno electo, Aung San Suu Kyi.
El relator especial de Naciones Unidas para Birmania, Tom Andrews, condenó la violencia y reclamó una acción más severa contra el Ejército, entre ellas sanciones específicas y coordinadas contra los responsables del golpe de Estado y contra los negocios de los militares, además de un embargo global de armas contra el país.
El Ejército justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios de noviembre, donde observadores internacionales no detectaron ningún amaño, en los que arrasó la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Suu Kyi, como ya hiciera en 2015.
En el siguiente vídeo te damos las claves sobre el golpe de Estado militar en Birmania: