El empresario que reformó la sede del PP desmiente a Bárcenas y asegura que no recibió dinero negro
«El señor Bárcenas era alguien intocable, era como dios. Nadie tenía acceso a él y era una persona a la que todo el mundo le tenía respeto», ha explicado Urquijo
El arquitecto que realizó la reforma de la sede del PP, Gonzalo Urquijo, ha declarado en el juicio por la presunta caja B del partido que el extesorero de esa formación Luis Bárcenas «era alguien intocable, era como Dios», una persona a la que «nadie tenía acceso» en 2005 y con quien habría coincidido «dos o tres veces».
Gonzalo Urquijo, propietario de la empresa Unifica, ha querido este martes «contextualizar la situación» que vivió cuando diseñó las obras de la reforma de la sede del PP, en la madrileña calle Génova, en el juicio donde se dirime si fueron pagadas con dinero negro de la presunta caja B.
Al contrario de lo que ha declarado Bárcenas en el juicio, Urquijo ha negado haber mantenido una reunión con él y con su predecesor en la Tesorería, el fallecido Álvaro Lapuerta, en la que le planteasen «aceptar una cantidad de forma extracontable».
«Yo esa reunión no la he tenido nunca y a mí nunca se me ha ofrecido eso», ha asegurado Urquijo, que ha indicado que a Lapuerta sólo le vio una vez en la sede del PP «y ni siquiera dentro de un despacho», sino cerca de los ascensores. «No he estado con este señor en ninguna reunión más», ha añadido.
El arquitecto, que se enfrenta a una petición del fiscal de 3 años de cárcel en este juicio, ha indicado que, aunque quien «firmaba y daba el visto bueno» sobre los pagos de la reforma era «el señor Bárcenas», él estima que no se reunió con él presencialmente «más de dos o tres veces».
«El señor Bárcenas era alguien intocable, era como dios. (…) Nadie tenía acceso a él y era una persona a la que todo el mundo le tenía respeto», ha explicado Urquijo.
Ha asegurado que «costaba mucho cobrar» con el PP y que a lo largo de las obras de reforma se llegaron a anular «más de la mitad» de las facturas que envió al partido: «En la planta 7 me hicieron anular 23 facturas».
«Me hicieron firmar 50 recibís, que no lo entiendo, porque, si hay constancia en el banco, no sé qué valor tiene, pero le digo que son recibías que coinciden con facturas y con todo», ha señalado.
El fiscal le ha preguntado también por las certificaciones finales de obras por plantas y, respecto a la planta baja, por qué aparece una por 586.000 euros y otra por más de un millón.
Urquijo ha observado entonces que la correspondiente a más de un millón de euros no tenía ni firma ni sello y que por tanto no tenía «validez».
El representante del Ministerio Público ha querido saber entonces por qué fue hallado ese documento de Unifica como enviado al PP cuando se registró la sede del partido por orden judicial. «Puede que se me haya pedido, igual que se me han pedido recibís o modificaciones de facturas, una certificación superior. Pedían cosas bastante extrañas, ¡eh!», ha zanjado.
Ha considerado que pudieron pedirle diferentes presupuestos para «pedir más dinero arriba» y ha indicado que sólo podía reconocer como válidas aquellas certificaciones finales de obra firmadas y con el desglose de las partidas.