Un tribunal para menores de la isla griega de Lesbos ha condenado a dos jóvenes afganos a una pena de cárcel de 5 años por haber provocado de forma intencional los incendios que destrozaron el campo de refugiados de Moria el pasado mes de septiembre, según relatan este miércoles los medios locales.
En contexto: los condenados eran menores de edad no acompañados cuando ocurrieron los hechos y se enfrentan a acusaciones de poner en peligro miles de vidas con el incendio provocado y de pertenencia a banda criminal. Otras cuatro personas, mayores de edad, están detenidas a la espera de juicio.
Según el acta de la acusación, ambos los jóvenes fueron reconocidos por dos agentes de Policía en un vídeo en el que aparecen de espaldas. Los agentes han testificado que les reconocían por la ropa que llevaban aquel día. Además, durante el juicio se ha leído la declaración escrita de otro testigo, un hombre afgano que ha declarado haber identificado a los acusados pero que no se ha presentado ante el Tribunal y que, según las autoridades, se encuentra en paradero desconocido.
Según destacó la ONG Legal Centre Lesbos en un comunicado, los policías identificaron tan solo a uno de los jóvenes y el tribunal no tuvo en cuenta que la defensa ha objetado contra la declaración escrita del testigo, «por violar el derecho de los acusados a repreguntar a cualquier testigo en su contra». La ONG ha denunciado que al comienzo del juicio el fiscal pidiera que los jóvenes fueran representados por abogados de oficio y que, aunque el Tribunal ha escuchado a 17 testigos de los cuales solo los policías reconocieron a los acusados, ha permitido a sus abogados interrogar a un testigo de defensa por cada acusado, «a pesar de tener a más de diez personas presentes dispuestas a testificar».
«Aunque los abogados de Legal Centre pudieron proceder con la representación de los jóvenes, la insinuación de que no tienen la agencia para elegir a sus representantes legales es indicativa del trato deshumanizante que los migrantes reciben del sistema judicial griego», señaló la ONG.
El superpoblado campo de Moria, donde alrededor de 13.000 demandantes de asilo malvivieron durante años en un espacio diseñado para alojar a unas 3.500 personas, fue devastado por dos incendios a comienzos del pasado septiembre.
Según las autoridades, el fuego se desató después de que unas 35 personas contagiadas de la COVID-19 se negaran a trasladarse a un espacio destinado a aislar a los pacientes de coronavirus del resto de refugiados. El ministro de Migración y Asilo griego, Notis Mitarakis, aseguró una semana después de los incendios que «el campo ha sido quemado por seis refugiados afganos que han sido detenidos», algo que la ONG también cree que prueba que en este caso no se ha respetado la presunción de inocencia.