La joven que perdió el ojo en disturbios pro-Hasél se querella contra los Mossos
Además, la querella se dirige contra el mando del equipo de antidisturbios al que pertenecían los escopeteros, al considerar que no se realizó un uso correcto del arma de precisión.
Además, la querella se dirige contra el mando del equipo de antidisturbios al que pertenecían los escopeteros, al considerar que no se realizó un uso correcto del arma de precisión
La joven de 19 años que perdió el ojo derecho por el impacto presuntamente de un proyectil de precisión en los disturbios en protesta por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel el pasado 16 de febrero en Barcelona se ha querellado contra dos escopeteros de los Mossos d’Esquadra y el jefe de su equipo.
La querella se ha interpuesto ante el Juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, que ya investiga las heridas sufridas por la joven a raíz del parte médico que el hospital le remitió, por lo que la denunciante se incorporará como acusación particular en el caso.
En paralelo, la entidad pro derechos humanos Irídia ha presentado otra querella contra los Mossos d’Esquadra con el fin de personarse como acusación popular en la causa.
En su querella, la manifestante, representada por el abogado Xavier Muñoz, acusa por un delito de lesiones al agente que disparó el proyectil de precisión que presuntamente la lesionó, para lo cual identifica a dos escopeteros que se encontraban en la zona, según las imágenes recopiladas hasta el momento.
Además, la querella se dirige contra el mando del equipo de antidisturbios al que pertenecían los escopeteros, al considerar que no se realizó un uso correcto del arma de precisión, puesto que el protocolo de Mossos d’Esquadra establece que los disparos con proyectiles de foam no deben ir más arriba del abdomen.
«Las lanzadoras de foam son armas de precisión, a diferencia de otros proyectiles», insiste la querella, que detalla que estas cuentan con un visor holográfico que, según citan del protocolo de actuación, «consigue garantizar los disparos con mucha más precisión».
Durante los días posteriores a los hechos, el cuerpo de Mossos realizó una investigación para determinar si la herida sufrida por la víctima había sido causada por un proyectil de la policía, algo que el conseller de Interior, Miquel Samper, avanzó a la espera de la pericial médica: «Todo indica que es posible».
Para Irídia, este incidente «pone de manifiesto la necesidad de que se realice una reforma de los mecanismos de control del cuerpo de Mossos» y confía en que «se apruebe, lo más rápido posible, una Comisión Parlamentaria a este efecto».
Los hechos ocurrieron alrededor de las 20:30 horas del pasado 16 de febrero, cuando la mujer se encontraba resguardada detrás de unos contenedores cerca del cruce entre la Vía Augusta y la calle Bosch, donde un cordón policial de los Mossos protegía la Comisaría de la Policía Nacional.
Gracias a las imágenes de los periodistas que cubrían las protestas, los querellantes han podido identificar a dos escopeteros de los Mossos como posibles autores del disparo, por lo que piden una pericial con el fin de esclarecer cual de ellos fue el autor.
La querella también se extiende al mando responsable del equipo al que pertenecían los dos agentes, por autorizar, ordenar o no impedir ni supervisar el uso presuntamente antirreglamentario de las balas de foam.
El conseller de Interior en funciones, Miquel Sàmper, ha afirmado en una entrevista a Catalunya Ràdio que deberá ser el juez quien decida si hubo un mal uso del proyectil de precisión y ha aclarado que, incluso si la justicia no lo apreciara, la víctima también podría ser resarcida por la administración catalana por los daños sufridos.
Sàmper ha advertido de que la acción «inmaculada» en orden público «no existe» en ningún país: «que nadie se engañe, el orden público implica riesgos».
Además, ha vuelto a garantizar que «pronto» publicarán los protocolos del uso de proyectiles de procesión -sin detallar fecha- y se ha mostrado otra vez en contra de que se retire esta herramienta si no hay alternativa, porque los antidisturbios necesitan «elementos de defensa».
El conseller ha indicado además que, aunque las escopetas de proyectiles de precisión dispongan de visor, en unos disturbios en la calle la gente se mueve, salta y se agacha, por lo que la «perfección del disparo es deseable pero es complicada».
Sàmper ha señalado también que por el momento todavía es imposible resarcir económicamente a la víctima porque están a la espera del informe médico sobre sus secuelas para evaluar la reparación del daño.