Madrid, escenario nacional
Lo que ocurra en Madrid quizá esboce el ensayo general de unos futuros comicios en España y de un cambio de rumbo político nacional.
Arrancó la campaña electoral. Madrid ya es escenario de uno de los momentos clave de nuestra política reciente. No solo por su importancia a nivel autonómico, sino por su extrapolación a nivel nacional. El resultado que nazca de estas elecciones bien vale como termómetro de lo que quizá acontezca en unas generales.
La probable victoria de Isabel Díaz Ayuso en estos comicios puede suponer la primera derrota real de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno ha personalizado esta campaña para revertir esa posibilidad. Una fórmula, la de bajar al ruedo, con la que evitar la somnolencia que suscita el socialista Ángel Gabilondo y generar más política de choque.
Hay desasosiego en los despachos de Ferraz y en los muros de Moncloa. Las encuestas son cada vez más proclives a darle una victoria holgada a la derecha y el tándem PP-Vox superaría con creces la mayoría absoluta. Para ello, Sánchez contará de nuevo con su títere sociológico, el también socialista José Félix Tezanos, para revertir ese panorama de voto progresista dormido. El CIS justificará su irrupción con un sondeo ‘flash’, al estilo de las catalanas, para acudir al rescate del PSOE y también de Sánchez.
Más Madrid y Unidas Podemos, entre la alerta y la duermevela, intentarán atraer el voto descontento de la izquierda. Causa más simpatía el primer partido que el segundo entre sus acólitos, pero tienen un objetivo común. Ambas formaciones acometen una y otra vez contra Ayuso y todo lo que representa su figura. Acoso y derribo. Se blindan en lo público, en los derechos sociales. Reivindican la calle, como si solo fuera suya. Es tal su amor déspota hacia lo público, que serían capaces hasta de demoler el hospital Isabel Zendal para construir uno nuevo que también fuera público. Pero estaría justificado por ostentar la divisa podemita.
Ciudadanos, entre la UCI y el certificado de defunción político, tiene la última bala para sobrevivir en un entorno que se le ha vuelto muy hostil. Difícil papeleta la de Edmundo Bal, en un partido sin brújula y con el naranja de sus siglas desconchado. Si no le devora por completo el ‘efecto Ayuso’, estará cerca. El 5% que necesitan para entrar en la Asamblea es como subir el Tourmalet en patines.
El lema global en estas elecciones sería algo así como un ‘Todos contra Ayuso’. Lógico, por otro lado, ya que parte como favorita y es la actual presidenta madrileña. Pero esta también se crece al castigo de la oposición política y mediática. Es una suerte de varas continua. Aun así, no se amilana. Esa postura de bravura, de dique de contención frente a la izquierda, le ha disparado en las encuestas. La candidata popular se ve fuerte y en un estado de vanguardia con respecto al aparato de Génova.
Tal vez el voto que aglutina la mandataria popular sea algo distinto al que tenga el PP en general, dado el personalismo de su candidatura. Pero lo que ocurra en Madrid quizá esboce el ensayo general de unos futuros comicios en España. Podría tener la llave para cambiar el rumbo político nacional.