El líder opositor ruso, Alexéi Navalni ha anunciado este viernes que abandona la huelga de hambre que mantuvo durante más de tres semanas en prisión.
Lo más importante: su delicado estado le salud le ha llevado a tomar esta decisión. Ahora exige que le vean médicos de confianza y no los designados por el Gobierno ruso.
Navalni ha anunciado su decisión a través de su cuenta de Instagram, en un post en el que ha aprovechado para informar de los progresos conseguidos mediante la huelga de hambre.
«Hace dos meses, sonrieron ante mis solicitudes de asistencia médica, no me dieron ningún medicamento y no permitieron que los transfirieran. Hace un mes, se rieron en mi cara con frases como: ‘¿Puedo averiguar mi diagnóstico?’ y ‘¿Puedo ver mi propio historial médico?’. Gracias a la huelga, ahora me ha examinado dos veces un consejo de médicos civiles».
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Además, ha admitido que esos médicos que le atendieron la última vez son quienes le han empujado a abandonar la huelga para no poner en riesgo su vida. «Bueno, y –lo diré con franqueza– sus palabras que muestran los análisis: ‘en un tiempo mínimo no habrá nadie a quien tratar’ me parecen dignas de atención».