Al menos 28 atacantes participaron en el asesinato del presidente de Haití Jovenel Moise, dijo la policía el jueves, que precisó que 26 de ellos eran colombianos y dos, estadounidenses de origen haitiano.
En contexto: el miércoles el presidente de Haití, Jovenel Moise, fue asesinado por hombres armados que perpetraron un asalto a su residencia en el barrio de Pelerin de Puerto Príncipe, según informó el primer ministro interino, Claude Joseph: «Esta mañana mismo, a la 01:00 horas, 7 de julio, un grupo de personas no identificadas, que hablaban en español e inglés, ha asesinado al presidente de la República. El presidente ha muerto a causa de sus heridas». En el asalto resultó herida de bala la primera dama, Martine Moise, que está recibiendo cuidados médicos.
«Arrestamos a 15 colombianos y a los dos estadounidenses de origen haitiano. Tres colombianos murieron y otros ocho están sueltos», ha informado el director general de la policía nacional, Leon Charles, en una rueda de prensa, después de rastrear a los presuntos asesinos hasta una casa cerca de la escena del crimen en Petionville, un suburbio al norte de la ladera de la capital, Puerto Príncipe.
Posteriormente, el jefe de policía, Charles León, hizo desfilar a los 17 arrestados ante los periodistas, mostrando varios pasaportes colombianos además de rifles de asalto, machetes, walkie-talkies y materiales, incluidos cortadores de pernos y martillos. «Los extranjeros vinieron a nuestro país para matar al presidente», dijo Charles, asegurando que 15 colombianos fueron capturados, así como dos haitianos estadounidenses. Sin embargo, tres de los asaltantes murieron y ocho huyeron.
El miércoles, la policía dijo que había ultimado a cuatro sospechosos. Charles no explicó la discrepancia. «Fortaleceremos nuestras técnicas de investigación y búsqueda para atrapar a los otros ocho mercenarios», ha aseverado. Por su parte, el jueves otros cuatro «mercenarios» implicados en el asesinato del presidente fueron abatidos y otros dos, detenidos.
Como era de esperar, el ataque contra el presidente en su residencia privada, en el que resultó herida su esposa Martine, ha sumido a Haití, ya plagado de crisis, en la incertidumbre. El primer ministro declaró el estado de sitio tras el ataque y anunció que estaba a cargo del país, llamando a la calma y asegurando que la policía y el ejército estaban garantizando la seguridad de la población. Mientras, crecían la indignación y la conmoción en la comunidad internacional. «Esta muerte no quedará impune», ha dicho en un discurso a la nación.
Lo ocurrido amenaza con desestabilizar aún más a un país ya enfrentado a una doble crisis: política y de seguridad. En los últimos meses aumentaron los secuestros extorsivos, reflejo de la creciente influencia de las bandas armadas en un país que convive con una pobreza crónica y recurrentes desastres naturales.
Estaba previsto que Joseph fuera sustituido esta semana después de tres meses en el cargo. Así, enfrentaba una fuerte oposición por parte de amplios sectores que consideraban su mandato ilegítimo. El presidente sostenía que su gobierno terminaba el 7 de febrero de 2022, pero otros afirmaban que había culminado el 7 de febrero de 2021. El desacuerdo surgió porque Moise fue elegido en una votación anulada por fraude y un año después volvió a ganar las elecciones.
El país más pobre de América ahora carece de presidente y de parlamento activo, mientras dos hombres afirman estar al mando y se disputan el cargo de primer ministro.