El preso de Guantánamo Abu Zubaydah ha llevado este miércoles al Tribunal Supremo de EE.UU. las torturas que sufrió en una prisión clandestina de la CIA en Polonia hace dos décadas y desafió la capacidad del Gobierno de Joe Biden para mantener este caso en secreto.
Es la primera vez que el Supremo evalúa el polémico programa de torturas que la CIA creó para interrogar a sospechosos de terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 y las prisiones clandestinas que abrió en el extranjero para esquivar las garantías del sistema judicial estadounidense.
El abogado de Zubaydah, David Klein, ha pedido a la máxima instancia judicial que obligue a testificar en Polonia a los psicólogos Bruce Jessen y James Mitchell, que torturaron al preso y que fueron quienes diseñaron las llamadas «técnicas de interrogatorio mejoradas», como se conoce el programa de la CIA.
Por petición de Zubaydah, existe en Polonia desde 2010 un proceso judicial abierto por el polémico programa en el que se cuestiona si las autoridades polacas ayudaron a la CIA con las torturas.
Klein quiere que el Gobierno de Biden confirme oficialmente que Polonia alojó una de las prisiones clandestinas de la CIA donde se produjeron torturas, pero las autoridades estadounidenses se niegan a hacerlo porque consideran que es un «secreto de Estado» y revelar esa información pondría en peligro la seguridad nacional.
Paradójicamente, es de sobra conocido que Zubaydah fue torturado en Polonia, como ha resaltado este miércoles la defensa con cierta frustración.
Esa información que el Gobierno quiere ocultar ya ha sido hecha pública mediante filtraciones a medios de comunicación y está recogida en un informe del comité de inteligencia del Senado de EE.UU., que fue parcialmente desclasificado en 2014 y que supone la mejor fuente de información de los abusos de la CIA hasta la fecha.
De hecho, hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha determinado que Polonia fue «cómplice» de las torturas y cooperó con la CIA, por lo que ordenó al Gobierno polaco pagar una indemnización de 100.000 dólares a Zubaydah.
«Ya no estamos hablando de un secreto de Estado, sino de que el Gobierno no quiere colaborar con la investigación en Polonia», ha manifestado Klein ante la Corte Suprema de EE.UU.
Zubaydah, palestino y nacido en Arabia Saudí con el nombre de Al-Abidin Huséin, fue la primera persona torturada por la CIA en el marco de este programa.
Fue capturado en 2002 en Pakistán con la sospecha de que era uno de los «cerebros» de los atentados del 11 de septiembre y de ser «el número tres o cuatro» del fallecido líder de Al Qaeda Osama bin Laden, algo que han puesto en duda posteriormente exmiembros de la CIA y el FBI, que han rebajado la importancia de su papel.
Tras su detención, Zubaydah fue encerrado en prisiones clandestinas de la CIA en Tailandia y Polonia, donde permaneció entre 2002 y 2003, tal y como se detalla en el resumen de la investigación del Senado.
De acuerdo a ese reporte, Zubaydah sufrió 83 ahogamientos simulados conocidos como waterboarding, pasó 11 días encerrado en un estrecho ataúd en el que se le hizo creer que había sido enterrado vivo, sufrió privación de sueño, fue golpeado contra la pared y se le mantuvo en posiciones de sumisión.
El Gobierno de George W. Bush (2001-2009) lo trasladó a la cárcel de la base militar de Guantánamo (Cuba) en septiembre de 2006 y aún no se han formulado cargos en su contra. Además, diferentes Administraciones han bloqueado sus peticiones para salir provisionalmente en liberad.
A ese respecto, algunos jueces del Tribunal Supremo cuestionaron la decisión del Gobierno de Biden de mantener a Zubaydah preso en Guantánamo 15 años después de su ingreso en esa prisión.
El magistrado progresista Stephen Breyer llegó a plantear la posibilidad de que se deje a Zubaydah testificar ante la Justicia de Polonia sobre las torturas que sufrió, en vez de mantenerle incomunicado y sin posibilidad de narrar su propia historia.
Biden ha dicho que quiere cerrar Guantánamo, pero ha adoptado un enfoque más discreto que su precedesor, Barack Obama (2009-2017), quien no pudo clausurar esa prisión y se tuvo que contentar con reducir la población carcelaria mediante trasferencias a terceros países.
Actualmente, hay 39 detenidos en Guantánamo, lejos de los 780 que estuvieron allí encerrados durante la llamada «Guerra contra el Terror» de Bush.
El fallo del Tribunal Supremo no se conocerá hasta junio de 2022. Una decisión a favor de Zubaydah podría ayudar a la investigación en Polonia, mientras que una resolución en contra servirá para reforzar el muro de secretismo que rodea el programa de torturas de la CIA, que sigue siendo considerado «alto secreto» y cuyos detalles están clasificados.