La batalla cultural de Vox se libra también en el Parlament. El partido liderado por Ignacio Garriga en Cataluña ha registrado una propuesta de resolución para eliminar el nombre de Lluís Companys de las calles, centros oficiales, edificios públicos o monumentos de los municipios de la región. Vox buscará de este modo frenar los homenajes de ERC al expresidente de la Generalitat fusilado por el bando franquista el 15 de octubre de 1940. «ERC tiene mucha culpa del terror que se vivió en Barcelona durante el trienio de la Guerra Civil», explican para recordar que su pasado no es impoluto.
En su propuesta, que se votará muy probablemente en la Comisión de Asuntos Institucionales, aseguran que «de los casi 9.000 asesinados en Cataluña, durante el mencionado período, casi 400 fueron sometidos a juicio bajo la autoridad de Luis Companys, cuyas sentencias de muerte fueron firmadas por él. El resto fueron asesinados sin juicios o pasando por burlescos tribunales populares, bajo la supervisión del Comité de Milicias Antifascista».
Por esta razón también piden al Gobierno de la Generalitat «hacer un reconocimiento público a las víctimas de la represión en la retaguardia catalana durante la Guerra de España (1936 – 1939) y a sus familiares», así como «levantar monumentos públicos en honor de las víctimas y restaurar los ya existentes».
Se trata, de facto, de usar las mismas políticas relativas a la memoria histórica pero en el sentido de cuestionar a Companys y no únicamente revisar el callejero cuando atañe a la monarquía o a personalidades que en algún momento, como José Antonio Samaranch, apoyaron el régimen franquista.
Las checas de ERC
La estrategia de Vox pasa por denunciar cómo la izquierda y el nacionalismo han «falsificado de forma deliberada y torticera la nefasta ejecutoria política de un hombre que no estuvo a la altura de las circunstancias históricas que le tocó vivir». Matizan, sin embargo, que no quieren «abrir heridas» del pasado, pero sí confrontar a ERC para que no imponga su visión partidista de la historia.
En este sentido, centran su ofensiva contra los de Oriol Junqueras. En palabras del portavoz de Vox en la Cámara catalana, Juan Garriga, ERC está haciendo un «homenaje permanente» por su 81 aniversario de su fusilamiento: «Nos vemos con la necesidad de recordar que no es un santo. Es una persona que tiene muchos asesinatos a las espaldas», afirmaba en una declaraciones en TV3.
Dejando claro en TV3 que Companys fue un asesino y causó mucho daño a miles de catalanes.
No estamos por reabrir heridas, pero, si hacen homenajes a tipos como Lluís Companys, nos vemos en la obligación de decir la verdad. pic.twitter.com/s27jlQsHTL
— Joan Garriga (@JGarrigaDomenec) October 20, 2021
En su resolución también subrayan cómo el histórico líder de ERC firmó «el Decreto por el que se creó el Comité de Milicias Antifascistas, encargadas de perseguir, torturar y en última instancia asesinar en todo el territorio que estaba bajo su control a cualquiera que no simpatizara con los ideales republicanos totalitarios». De igual modo, «entregó a los milicianos de la UCT, CNT, ERC y del POUM los fusiles de la Guardia de Asalto que estaban depositados en la Jefatura de la Vía Layetana, que fueron utilizados para asesinar a miles de inocentes catalanes».
Respecto a este pasado con claroscuros de ERC destacan que tenía su «Checa propia» en el cementerio de Moncada i Reixach: «Se convirtió en la mayor fosa común de Cataluña, con 1.600 asesinados, incluyendo al Obispo de Barcelona, Dr. Manuel Irurita, el mismo que intercedió por Luis Companys para que le fuera conmutada la pena de muerte a la que fue sentenciado por el golpe de Estado del 6 de octubre de 1934».
Desmarcarse del PP
Después de superar al PP en las últimas elecciones al Parlamento catalán, Vox ha puesto fin a muchas de las propuestas de declaración institucional que contaban con el consenso de todo el arco parlamentario, incluido el PP. Los de Ignacio Garriga no apoyan ninguna propuesta que sirva, a su juicio, para introducir ideología de género, LGTBI o temas partidistas.
Su posicionamiento marca un punto de inflexión con respecto a la pasada legislatura, cuando todavía no habían irrumpido en la política catalana. Si el PP apoyó declaraciones sobre políticas educativas vinculadas a la Agenda 2030 (publicada el 18 de noviembre de 2020) o a favor de los pueblos indígenas (publicada el 22 de julio de 2020), para Vox es alinearse con lo que califican de «consenso progre» y que solo sirve para colar una determinada ideología de izquierdas a hechos más complejos. Ahora han decidido tomar la iniciativa y rebatir ese «consenso». A la espera de que se celebre la votación, saben que también será útil para ver la posición que adoptan otros partidos constitucionalistas con lo que compiten electoralmente, como PP o Ciudadanos.