Unidas Podemos no ve peligrar la coalición de gobierno por el fuerte choque que han tenido a causa de la reforma laboral, han señalado fuentes de la formación, y creen que pese a las desavenencias se llegará pronto a un acuerdo.
«El desacuerdo se debería solventar estos días», ha subrayado el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, al subrayar que las dos partes «están hablando todo el tiempo», después de que este lunes, en la reunión de los dos socios de coalición, pese a que bajaron la tensión no llegaron a un acuerdo sobre derogar la reforma laboral, incluida en el pacto de coalición.
Y no llegaron, según han señalado otras fuentes de Unidas Podemos, porque no se habló nada del contenido de la regulación del mercado de trabajo ni de qué aspectos considera la parte socialista que no se deben cambiar, sino que -aseguran- la reunión se centró básicamente en nombres y en las discrepancias sobre quién debe liderar el proceso de negociación de esta reforma.
No se avanzó nada, han insistido, porque la otra parte solo quiere hablar de nombres, en concreto de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación digital, Nadia Calviño, a quien Podemos ha acusado de «injerencia» en este proceso por querer liderarlo cuando Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, lleva negociando con los agentes sociales desde el 17 de marzo.
«¿A qué viene entonces que Calviño se meta en el proceso en el último momento?», se cuestionan desde Unidas Podemos, que cuestiona que el PSOE quiera meter en la negociación a cinco ministros, casualmente todos socialistas, preguntándose estas fuentes cuál es el criterio para incluirlos.
Porque si lo que quieren es hacer una reforma más igualitaria, han apuntado, «por qué no llamar también a la ministra de Igualdad o al ministro de Universidades para incidir en la formación de cara a mejorar el empleo, ambos de Unidas Podemos.
Pablo Echenique, por otro lado, ha restado importancia a este encontronazo y a que este lunes no se alcanzara un consenso: «Es el pan nuestro de cada día», ha dicho.
En todo caso, ha sido el mayor enfrentamiento entre los dos socios de coalición en la legislatura, al que además se ha sumado la polémica por la retirada del escaño al diputado de Unidas Podemos Alberto Rodríguez, episodios que han tensado más la cuerda, incluso, que cuando la anterior vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, chocaron a cuenta de las leyes trans y LGTBI.
Desde la bancada de los socios de investidura, ven que estas discrepancias tan sonoras no facilitan la negociación de otros temas de calado, entre ellos los presupuestos de 2022, como han advertido el PDeCAT o el PNV, que critica que se puedan así «entorpecer» avances en lo que realmente es importante, que es mejorar la vida de los ciudadanos.
Sobre la derogación en sí de la reforma laboral, el PDeCAT se ha mostrado a favor de «actualizarla» ya que han pasado diez años desde su entrada en vigor, en sintonía con lo que defiende el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insistiendo en que anularla en su totalidad es imposible.
ERC y EH Bildu se han alineado con Unidas Podemos para abogar por suprimir la normativa laboral que aprobó el PP en 2012 y, de hecho, los independentistas vascos, junto al PSOE y la formación morada, firmaron por escrito en mayo pasado un acuerdo para derogar íntegramente la reforma laboral.
Un acuerdo que permitió la abstención de la izquierda abertzale a la quinta prórroga del estado de alarma pero que luego los socialistas se vieron obligados a rectificar.