Junts per Catalunya es uno de los partidos que ha presentado una enmienda a la totalidad a los Presupuestos Generales del Estado, como hizo con las cuentas del ejercicio anterior. Sin embargo, y a diferencia del año pasado, hubo unas semanas en las que el partido de Carles Puigdemont intensificó sus contactos con el Gobierno y estudió la posibilidad de apoyar este primer trámite parlamentario. Al frente de esta estrategia estuvo Jaume Giró, conseller de Economía y hombre conocido en la capital desde antes de su salto a la política.
El conseller se interesó personalmente por las negociaciones y formó parte del equipo negociador. Fuentes conocedoras de dichas negociaciones afirman que mantuvo contactos directos con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Para Giró, los Presupuestos eran un asunto vital de cara a que cuadren también las cuentas catalanas. Pero no fructificó.
La inclusión del ex director general de la Fundación La Caixa entre los consellers elegidos por Junts en el gobierno de coalición con ERC se interpretó como una apuesta por priorizar la gestión por encima de las cuestiones nacionalistas. Pero este fracaso en las negociaciones ha repercutido en el perfil técnico que se proyectó de Giró desde su entrada en el Govern, explican las fuentes consultadas.
¿Qué responsabilidad ha tenido el titular de Economía en el proceso de negociación? Según informaron desde Junts, el Gobierno no estuvo dispuesto a aceptar unas condiciones más ambiciosas que las que les exigía ERC para apoyar los Presupuestos. Sus cinco reclamaciones se basaban en mantener los fondos Covid a las autonomías; una gestión compartida de fondos europeos; la ejecución de las inversiones prometidas; el blindaje del catalán en la nueva Ley Audiovisual y el traspaso de Cercanías.
Al constatar la falta de avances en la negociación, la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, decidió presentar una enmienda a la totalidad a los Presupuestos. Es decir, el giro pragmático de Junts para alcanzar acuerdos con el PSOE en Madrid no prosperó.
Se cortaron también los contactos entre Giró y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Pese a que ambos ya se conocían desde que el dirigente autonómico decidiera en verano volver a las reuniones del Consejo de Política Fiscal y Financiera que sus sucesores en el cargo habían abandonado sistemáticamente en los últimos años. Aquellos encuentros fueron útiles para condonar la liquidación negativa de las Comunidades Autónomas sobre las transferencias recibidas en 2020.
Desde Junts aseguran a THE OBJECTIVE que las negociaciones se llevaron siempre de forma coordinada entre el titular de Economía y Nogueras, sin que ninguno de los dos diera un paso sin consultarlo antes con el otro. Otras fuentes, en cambio, apuntan a Waterloo del fracaso en la negociación. No sería la primera vez que, por orden de Puigdemont, la portavoz de Junts en el Congreso frena a otros dirigentes de su partido por su acercamiento al PSOE. Tras la moción de censura a Mariano Rajoy, Puigdemont ya demostró que ejerce con puño de hierro la dirección del partido, y los entonces diputados Carles Campuzano y Marta Pascal, artífices en gran parte de la moción, acabaron por abandonar la organización.
Pugna con ERC
En el Congreso nadie excluye tampoco que la pugna con ERC obligara a Junts a adelantarse con su anuncio de enmendar la totalidad de los Presupuestos como una forma de presionar a sus socios en el Govern y reprocharles su servilismo con Moncloa si finalmente -como así ha sucedido- permitían la tramitación de las cuentas.
El papel de interlocutor de ERC con Moncloa tampoco deja mucho espacio a Junts para intentar cambiar el rumbo. Los de Oriol Junqueras priorizan los contactos con el «bloque de investidura» y no se han plegado nunca a la exigencia de sus socios en el Govern de buscar la coordinación en Madrid. Asimismo, los 4 diputados del PDeCAT ya se abrieron al diálogo con el Gobierno tras su ruptura con Puigdemont y esto relega a Junts a una posición sin fuerza para negociar.
Todo esto ayuda a explicar por qué las corrientes más posibilistas de Junts no han podido ahondar en el cambio de estrategia exhibido en los primeros compases de las negociaciones presupuestarias. Ahora está por ver el papel que el conseller de Economía adopte en el futuro. En todas sus comparecencias públicas no ha dudado en alinearse con la cúpula del partido. Incluso abogó por priorizar a la CUP en detrimento del PSC en las negociaciones para los presupuestos en Cataluña.
Los puentes de Giró
El ex directivo de La Caixa siempre había mantenido buenas relaciones tanto en Barcelona como en la capital. «Giró tranquilizó a los empresarios en Madrid cuando se conoció su nombramiento como conseller», resume otra fuente. Ha sido a raíz de su entrada en política que ha trascendido su cercanía con el nacionalismo.
En otoño de 2017, en pleno desafío secesionista, intentó sin éxito que la entidad entonces presidida por Isidre Fainé no trasladara su sede fuera de Cataluña. En la misma línea, en su primer discurso como conseller, ante el Círculo de Economía de Barcelona, hizo mención a todos los supuestos agravios del Estado contra la Generalitat, desde el déficit fiscal a la investigación del Tribunal de Cuentas a los líderes independentistas por el gasto exterior del procés.
Por contra, en su etapa como director general adjunto de Caixabank y como director general de la Fundación Bancaria ayudó a financiar proyectos de distinta índole, ya fuera a asociaciones de estudiantes universitarios, a medios de comunicación de línea constitucionalista o, como informó El Mundo, al Observatori de Drets de la Universitat Pompeu Fabra que presidía el también líder de la ANC, Jordi Sánchez, entre otros.
Su entrada en el Govern ha diluido este talante transversal y de gestión que ha exhibido anteriormente. Ya sea por su poco margen de maniobra dentro del Ejecutivo autonómico o por voluntad propia.
