Societat Civil Catalana ha desembarcado este jueves en Madrid, con nuevos datos y una advertencia clara: el plan rupturista de ERC y Junts per Catalunya sigue vigente y aguardarán otra coyuntura favorable para volver a poner al Estado contra las cuerdas. La entidad de referencia del constitucionalismo catalán ha presentado su nuevo libro, Fragmented Catalonia, del catedrático en Psiquiatría e investigador Adolf Tobeña, en el que recogen el comportamiento electoral de los catalanes desde el 2008. Una de sus principales conclusiones es que ERC ha ganado la hegemonía en el espacio del nacionalismo por su «distribución capilar» en toda la región.
«La estrategia de Rufián funciona», ha explicado el presidente, Fernando Sánchez Costa, en la presentación en el Casal Català de Madrid. El portavoz de ERC en el Congreso es castellanohablante, joven y llega a una capas de la sociedad catalana que solían ser más impermeables a las tesis nacionalistas. Si se comparan las dos últimas elecciones en el Parlament, ERC ha ganado peso en el llamado cinturón rojo. Aunque el PSC sigue dominando, «ERC ha crecido unos siete puntos en la zona de Barcelona». En las municipales, además, lograron ser la fuerza más votada en la ciudad de Barcelona.
Aunque el ‘factor Rufián’ no es el único factor a tener en cuenta, ha matizado Tobeña, autor del estudio, el hecho de que la mayoría de catalanes favorables a la independencia se ubiquen políticamente «a la izquierda» contribuye a las buenas perspectivas de la organización republicana.
Las rentas más altas, con Puigdemont
Por contra, los herederos de Convergència, Junts, tienen su principal granero de votos en la Cataluña rural. En el libro presentado, se refleja además cómo «las rentas más altas votaron a Puigdemont el 14 de febrero de 2021».
En el informe de Societat Civil Catalana se observa cómo desde antes de la crisis de 2008, las familias catalanohablantes han ostentado siempre un mayor nivel de ingresos que las familias castellanoparlantes. La crisis económica, además, acentuó esta diferencia. Más allá de la capacidad adquisitiva, otro de los elementos que explica la gran adhesión al secesionismo entre quienes tienen el catalán como lengua materna es el consumo de medios de comunicación en la misma lengua.
«ERC tiene un plan a largo plazo»
Otro dato curioso, que recogen de las estadísticas del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat, es cómo ni siquiera entre los votantes de Junts, quienes más favorables son a la vía unilateral, tampoco creen que la independencia sucederá en el «corto plazo».
En este sentido, el reconocimiento por parte de ERC de que se trata de una cuestión de más recorrido les puede haber beneficiado respecto a sus competidores: «ERC tiene un plan a largo plazo», ha abundado Tobeña.
«Hibernación del procés»
Una de las hipótesis que manejan también desde la entidad constitucionalista es cómo ERC podría considerar que se dan las condiciones idóneas para intentar, de nuevo, la independencia «dentro de unos 15 años». Muchos de sus líderes, como el propio Oriol Junqueras, son fieles a la teoría gramsciana, basada en crear nuevas élites y una hegemonía que apoye el procés. Y para ello se requiere de tiempo.
De hecho, uno de los puntos donde el nacionalismo ha hecho más autocrítica respecto a la proclamación unilateral de 2017 es la falta de apoyo social, y ERC ha hablado abiertamente de la necesidad de «ampliar la base» del movimiento independentista.
El pacto entre PSOE y ERC, con la mesa de diálogo como bandera estrella de los republicanos, también contribuye a esta «hibernación del procés». Societat Civil Catalana considera que el conflicto está latente, incluso «cronificado», pero que se mantiene en una fase de «hibernación» porque interesa tanto a ERC como al PSOE. «Hay ansias de tenerlo hibernando 12 años, unas 3 legislaturas», advierten ante un público madrileño y con la esperanza de que no bajen la guardia.
