Cuatro militares han sido asesinados este domingo en una emboscada en el noroeste de Colombia, que ha sido atribuida por el ejército al Clan del Golfo, la mayor banda narcotraficante del país.
«Con profundo dolor informo que en una emboscada perpetrada por criminales del Clan del Golfo han sido cobardemente asesinados un capitán, un cabo y dos soldados de nuestro Ejército que protegían a la comunidad de Santa Lucía en Ituango», en el departamento de Antioquia, ha escrito en Twitter el general Juvenal Díaz, comandante del Ejército en la región.
El ataque a militares es el tercero en las últimas dos semanas, que suman al menos siete uniformados fallecidos, de acuerdo a información oficial. Todas las acciones se han llevado a cabo en el departamento de Antioquia, zona de influencia de alias Otoniel, líder del Clan del Golfo capturado el 23 de octubre con fines de extradición a Estados Unidos. Dairo Antonio Úsuga, conocido como Otoniel, fue detenido en las montañas de Antioquia en un megaoperativo de 500 policías y militares tras años de intensa cacería.
El Gobierno espera que Úsuga sea extraditado en las próximas semanas a Estados Unidos, donde es solicitado por cortes de Miami y Nueva York por narcotráfico. Ante la justicia colombiana, Otoniel tiene seis condenas y 26 ordenes de captura por homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores y secuestro, entre otro delitos.
En su momento, las autoridades presentaron la arremetida como una represalia por la detención del máximo jefe del narcotráfico.
El Clan del Golfo surgió de los remanentes de paramilitares de ultraderecha que se desmovilizaron en 2006. Según el centro de estudios independiente Indepaz la organización cuenta con una fuerza de unos 1.600 hombres. Las autoridades calculan que ascendería 3.800 integrantes entre combatientes y colaboradores.
Según el ministerio de Defensa, el Clan del Golfo exporta el 30% de la cocaína que sale de Colombia (unas 300 toneladas) anualmente, el país considerado por la ONU como el mayor productor de esa droga.
Aunque aliviada por la firma del acuerdo de paz con los entonces rebeldes de las FARC en 2016, Colombia vive un conflicto armado que en más de medio siglo ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, agentes estatales y narcos. Unos nueve millones de personas han sido víctimas de la prolongada conflagración, entre muertos, desaparecidos y desplazados.