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El nacionalismo gallego se rearma para una nueva fase: presidir la Xunta

El nacionalismo gallego se rearma para una nueva fase: presidir la Xunta

M. Dylan | Europa Press

El nacionalismo gallego abre una nueva etapa. Y lo hace con una meta clara: el Bloque Nacionalista Galego (BNG) quiere llegar a la presidencia de la Xunta de Galicia en las próximas elecciones autonómicas, que se celebrarán, salvo sorpresa mayúscula, en 2024.

Hay un momentum importante dentro del BNG que justifica el optimismo de la formación. En noviembre del 2000 el Bloque mostraba una imagen fragmentada y con una estrategia errática al sustituir, a escaso año y medio de las autonómicas de 2005, al histórico Xosé Manuel Beiras como portavoz nacional de la formación por Anxo Quintana. A pesar de que de dichos comicios salió el primer Gobierno de coalición en el que estaba el BNG, la formación comenzó entonces un declive del que tardaría años en recuperarse. Hoy, en cambio, la imagen es la de un frente rearmado y cohesionado, como evidencia el hecho de que la Executiva salida de la XVII Asemblea Nacional celebrada el pasado domingo en A Coruña apenas incluye cambios con respecto a la anterior.

La posición de Ana Pontón como portavoz nacional del BNG, iniciada en 2016 y revalidada con más de un 99% de los votos en la mencionada asamblea, dio comienzo a una escalada para el nacionalismo gallego que, por el momento, se ha saldado con tres hitos notables: la formación celeste ha vuelto a estar presente en el Congreso de los Diputados, tiene actualmente la mayor representación de su historia en el Parlamento gallego —pasó de tener seis diputados a 19 en las pasadas elecciones— y se ha posicionado como segunda fuerza política con más asientos en la Cámara galaica, situación esta última que no se daba desde los comicios de 1999.

«Ensanchar la base social»

En la cita de A Coruña del pasado fin de semana, Pontón se refirió a la necesidad de «ensanchar la base social del nacionalismo gallego para construir un proyecto ganador», tautología que no detalló más allá de aclarar que «para eso» la formación debe dirigirse «a la sociedad con los brazos abiertos y las ideas claras».

El nacionalismo gallego se rearma para una nueva fase: presidir la Xunta 1
Xosé Luís Bará. | Foto: BNG

Concreta este punto el diputado nacionalista Xosé Luís Bará. «La hoja de ruta que hemos trazado es dedicar grandes esfuerzos a fortalecer y mejorar la organización del BNG y potenciar el diálogo con todo tipo de sectores sociales, empresariales y todo tipo de colectivos del país», cuenta a THE OBJECTIVE en conversación telefónica.

«La otra pata» de esta hoja de ruta, prosigue Bará, es «hacer un gran esfuerzo para elaborar propuestas solventes para solucionar los grandes problemas que tiene Galicia en este momento: en el ámbito social, económico, democrático, político, ecológico, del feminismo, de los derechos sociales y laborales, de las demandas la gente joven, de innovación e investigación, de la reactivación industrial, de financiamiento». Todo esto, considera, «es fundamental para tener unos recursos de calidad adaptados a los nuevos tiempos para llegar a 2024 con todas las garantías».

Pero para instalarse en San Caetano, el BNG no solo debe mantener la tendencia iniciada con la toma de riendas de Pontón. También ha de hacerla crecer exponencialmente, siendo como es Galicia un feudo histórico del PP, con un líder, Alberto Núñez Feijóo, que es uno de los barones más potentes del partido conservador y que encadena ya cuatro presidencias —todas ellas con mayoría absoluta—.

«El BNG tiene que disputarle la hegemonía al PP; hay mucho espacio para la mejora», Xosé Luís Bará

Bará se muestra consciente del reto: «El BNG tiene que disputarle la hegemonía al PP; hay mucho espacio para la mejora». Para el historiador Justo Beramendi, Premio Nacional de Ensayo en 2008 por De provincia a nación: Historia do galeguismo político, el desafío «es difícil», según cuenta por teléfono a este diario. «Yo creo que, si el BNG recupera el discurso, que ya lo está haciendo, más centrado en los problemas reales de la gente y menos en un horizonte soberanista o independentista, ese ciclo expansivo del BNG puede continuar», considera.

Ahora bien, para el historiador también juega un papel determinante «lo que haga el PSdeG». ¿Por qué? «Porque las fluctuaciones de voto máximas en Galicia se dan en el ámbito del centroizquierda en una especie de juego de suma cero y son mucho menores las oscilaciones entre el centroizquierda y el centroderecha, que viene teniendo una solidez y una capacidad de resistir muy notoria».

Beramendi pone como ejemplo que «la única ocasión en que ese trasvase fue suficiente» para desbancar un Gobierno popular vino motivado por «el desastre del Prestige y por la decadencia física y política de Manuel Fraga —a la sazón, presidente del Ejecutivo galaico—. «Pero ahora no parece que vaya a haber una crisis política muy profunda» que dé una ventaja similar al nacionalismo gallego, advierte.

Eso sí, Beramendi también apunta al efecto que tendrá que el actual presidente de la Xunta se presente o no como candidato. «La falta de Feijóo sería un déficit importante para el PP porque es un activo importante y no hay un delfín de peso» en la formación que pueda garantizar el tirón electoral del que viene disfrutando el líder del PPdeG.

Lo que sí es determinante en el corto plazo es la edad del votante. El BNG fue la formación predilecta entre el electorado menor de 30 años en las autonómicas de 2020, según La Voz de Galicia, pero el votante de más edad se decantó fundamentalmente por el PPdeG. Mantener a los millennials y a la generación Z en el proyecto nacionalista puede funcionar a largo plazo, pero no de cara a los próximos comicios, habida cuenta de que Galicia es la tercera comunidad más envejecida de España (la población tiene una media de edad de 47,74 años), solo superada por Castilla y León (47,87) y Asturias (48,78), según datos de 2021 del Instituto Nacional de Estadística.

¿Nacionalismo gallego o independentismo?

Una de las frases más comentadas que dejó la XVII Asemblea Nacional la pronunció Rubén Cela, miembro, al igual que Bará, de la Executiva Nacional: «El BNG no es independentista». La afirmación choca con la Carta de principios políticos, ideológicos y de valores del BNG —disponible en su página web—, uno de los cuales defiende «la soberanía nacional y la libertad de la nación gallega para constituirse en un Estado soberano, democrático, laico y republicano, la República da Galiza».

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Rubén Cela, en la XVII Asemblea Nacional. | Foto: BNG

Bará explica la aparente contradicción: «El BNG es un frente de organizaciones diversas, de partidos y de colectivos diversos y de personas que no están organizadas en ningún partido y el mínimo común denominador que aglutina ese frente nacionalista es la defensa de la soberanía de Galicia y del derecho a decidir», independientemente de que el resultado de esa potencial decisión sea «una confederación, un Estado independiente o una federación; hay distintas maneras de concretar ese concepto».

«Galicia no es Cataluña»

Beramendi hace una lectura distinta de esa afirmación de Cela. «Esa frase fue muy pensada y además es una actitud realista e inteligente porque Galicia no es Cataluña ni es el País Vasco», analiza. «Y parece que la dirección del BNG empieza a volver a tenerlo en cuenta», valora.

Pero cree que esa postura supone «aparcar la idea del independentismo sin renunciar a ella, dejarla un poco en stand by y centrarse en lo inmediato con mensajes y propuestas que pueden tener mucha mayor acogida en la sociedad gallega».

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